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lunes, 12 de agosto de 2013

Holocausto caníbal (1980) de Ruggero Deodato


¡Madre mía! ¿Qué decir de una película como "Holocausto caníbal" sobre la que ya se ha dicho de todo, bueno, malo y regular? La verdad es que me cuesta comentar películas tan archiconocidas y sobre las que existe tanta información, pero de todas formas trataré de abordarla de la mejor manera que pueda. Bueno, yo la verdad siento serias contrariedades cuando le he echado un vistazo a esta película. Por un lado he de reconocer que me parece un film excepcional, magnífico desde el punto de vista pertubardor, no se puede negar que si el señor Deodato pretendía rodar auténtico horror, lo consiguió plasmar con creces y esto tiene mucho mérito. Por otro, como amante de los animales que soy, "Holocausto caníbal" me parece un profundo insulto, pero vamos por partes. 

Un cuarteto de "artistas" rumbo a un destino tan cruel como merecido

Como me imagino que todo aquel instruido en este mundillo sabrá, la película trata sobre un atropólogo, el profesor Monroe (Robert Kerman), que viaja a la selva amazónica para intentar saber qué fue de cuatro reporteros que partieron meses atrás para rodar un documental sobre una tribu de caníbales, y jamás volvieron. Una vez allí, tras varios percances, estando en plena jungla no era para menos, el profesor Monroe consigue averiguar el destino mortal de la anterior expedición. Los cuatro reporteros acabaron sus días siendo devorados por los caníbales. No obstante, el material filmado por estos tipos tan civilizados, demostrará una aterradora, demencial y asqueante verdad. 

Salvaje tormento en la selva

El profesor Monroe (Robert Kerman)
Bueno, pues "Holocausto caníbal" se estrenó en 1980 y tuvo el privilegio de convertirse en una de las películas más prohibidas de la Historia, y desde luego no era para menos, porque el material expuesto para aquella época debió de ser algo abominable, enfermizo y más que siniestro (podría incluso serlo hoy en día, así que por aquel entonces ni hablemos). La película presentó una estrategia cojonuda de marketing, puesto que su director se encargó de extender el bulo de que todo lo filmado era real. Rodada en estilo documental, técnica recuperada y puesta de moda en 1999 (casi veinte años después) por la película "El proyecto de la bruja de Blair" y hoy en día carne de cañón de copias y explotaciones, véase "Rec" o "Paranormal Activity" o "Monstruoso", en cambio ninguna llega a transmitir la desoladora sensación de realismo que logró transmitir Deodato, eso es también muy meritorio, y que Deodato fue un visionario también, al César lo que es del César. De hecho muchos medios hicieron hincapié en que la película era verídica (la revista Interviú en España comentaba la autenticidad del film, ¡qué ilusos! ¿no?). 

Reportaje de la revista española Interviú en la que se hablaba de la autenticidad del film

Qué pena que no vaya a aparecer Jason
para empalar a estos dos cabrones
Esto no hizo más que aumentar la popularidad de la película, que a pesar de las sendas prohibiciones, reventó taquillas en medio mundo (y digo medio, porque en el otro medio no vio la luz). Pero es que la cosa no quedó ahí, la película resultaba de verdad tan realista que el propio director fue sometido a un juicio para demostrar que los actores que formaban el reparto y que eran asesinados en la ficción, seguían vivos y no habían encontrado la muerte real ante las cámaras. Por lo tanto hay que reconocer que "Holocausto caníbal" es una película redonda desde el punto de vista de la realización. También es meritorio reconocerle la extrema sensación de horror que con cada plano logra transmitir, la desolación y la aportación de un mensaje que desde mi punto de vista es la mejor aportación de la película. Y es que la película nos enfrenta dos mundos, el salvaje y el civilizado, pero nos expone que a pesar de que parece existir un abismo entre ambos, Deodato nos refleja que no sólo no hay tanta diferencia llegados a ciertos extremos, sino que los "civilizados" pueden ser los auténticos salvajes. Y lo hace exponiendo el comportamiento psicótico de los cuatro reporteros hijos de puta que filman como violan a las pobres nativas, queman sus casas y agreden sin piedad a los aborígenes, simplemente para divertirse. Una serie de imágenes que rozan el sadismo y que resultan más agresivas para las pupilas de los espectadores que todo el contenido gore que nos expone la venganza de los caníbales en su parte final. Por lo tanto se nos presenta una demoledora crítica de la sociedad que le aporta desde mi punto de vista, el mayor valor añadido al film. 

Filmando a una pobre aborigen moribunda

A Alan Yates (Gabriel Yorke), líder de los reporteros,
dan auténticas ganas de partirle la cara con una pala
Ahora bien, toda esta supuesta crítica y todos estos aspectos tan cojonudos del film no se verían derrocados ni destruídos, de no ser por los aberrantes métodos empleados por el equipo para llevarlo a cabo. Y ahora llega el momento de poner a parir al personal, al puñado de degenerados e hijos de puta que han formado parte del equipo de rodaje de "Holocausto caníbal". Y es que, si sóis auténticos amantes de los animales, alejáos de esta película, porque desgraciadamente no tuvieron ningún reparo a la hora de asesinar brutalmente y de forma veraz a unos cuantos animales. Si no me equivoco, una rata, un mono, una araña, in cerdo, una serpiente y la peor, para la más brutal y aberrante de las escenas, a una pobre tortuga. Yo soy muy partidario de que las películas sean valientes, arriesgadas y que no se priven de ningún aspecto grotesco, sangriento o gore. Ahora bien, mientras que para ninguna de estas concepciones repulsivas o desagradables se lleve a cabo el daño a nada ni a nadie. En este apecto "Holocausto caníbal" me parece una asquerosa apología de la violencia contra los animales y que nadie lo reproche porque de lo contrario se las podían haber apañado para haber filmado estas escenas de la misma manera que lo hicieron con las muertes de los humanos, con efectos especiales, maquillaje o mediante la utilización de cualquier material artificial para haber simulado el animal real. Pero no, obtaron por la vía más fácil, pero desde luego la más asqueante. Y es que ver a los pobres animales agonizando, sin posibilidad de defenderse, ante el ataque de estos mamones, únicamente por el pretexto de rodar sus muertes, es verdaderamente insultante para el espectador.

El profesor Monroe socializándose con las aborígenes

Lo bueno que tuvo esta salvajada, fue que a partir de entonces el tema de la utilización y protección de animales en el cine se comenzó a regular con más seriedad y austeridad y se crearon muchas regulaciones, valga la redundancia, para evitar este maltrato tan injustificado en producciones cinematográficas. No obstante a mí, desde aquí lo digo, el espectáculo en esas escenas me parece tan insultante que sólo me queda desearle al hijo de puta de Ruggero Deodato y a los desgraciados pedazos de mierda de Perry Pirkanen, Luca Barbareschi, Gabriel Yorke, Francesca Ciardi y todo mamón implicado en esta bochornosa matanza animal, que tengan un final acorde a su atrocidad cometida, la cual refleja su evidente ausencia de moralidad. Desde luego el día que se mueran no seré yo quien derrame una lágrima por este puñado de degenerados.

Brutal escena de un aborto provocado

En resumidas cuentas, no se puede negar lo evidente, "Holocausto caníbal" es un pedazo de clásico, con un buen puñado de méritos dignos de quitarse el sombrero a la hora de concebir una prodigiosa obra cinematográfica. Por desgracia para mí esos méritos y esa fulminante crítica que presenta, se ve anulada por la atrocidad empleada con los animales, que paradójicamente viene a reflejar lo que la película pretende criticar, que el ser humano, por muy civilizado que parezca, es un aberrante salvaje de mierda, y que conste que con la palabra salvaje, no me estoy refiriendo a ningún miembro de ninguna tribu aborigen.

El postre de los caníbales

*MI MOMENTO FAVORITO: por ser una escena que ha dado la vuelta al mundo y por haberse convertido en todo un icono, me veo en la obligación de destacar ese espeluznante momento en el que una joven aborigen en empalada. Esta muerte, supuestamente ficticia, ha levantado ampollas, debido a su excesivo realismo, incluso se ha llegado a comentar que la muerte haya podido ser auténtica. La verdad, es que de tratarse de un efecto de maquillaje (lo cual suponemos que es), es digno de merecerse un millón de aplausos. 

La joven empalada, todo un icono del terror

5 comentarios:

  1. Maltratar y matar animales de la forma que lo hacen en esta pelicula deberia ser delito penado, este director me parece un hijo de la grandisima p..a. yo haria una pelicula y lo daba de ostias hasta matarlo

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  2. Totalmente de acuerdo, gracias por participar, un saludo...

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  3. Como estoy de acuerdo contigo con el tema de los animales, y en su día yo también culpé a gente equivocada, cuando dices lo de "y a los desgraciados pedazos de mierda de Perry Pirkanen, Luca Barbareschi, Gabriel Yorke, Francesca Ciardi", aclarar que Perry Pirkanen (el reportero rubio) lloraba fuera de cámara cada vez que se mataba a algún animal, Gabriel Yorke (Alan Yates) era quien tenía que matar originalmente al cerdo, y tras su negativa a hacerlo, le encomendaron la labor al, este si hijo de puta, Luca Barbareschi; Yorke también se negó a estar presente en la escena de la tortuga, al igual que Robert Kerman se negó a estar presente en la de la rata, amén de decirle repetidas veces a Deodato que prescindiera de las escenas de animales. Francesca Ciardi también creo que no estaba muy a favor del tema maltrato animal.

    Un saludo.

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  4. hombre a estas alturas qué van a decir, más vale y le hubiesen echado huevos en su momento y no haber seguido el juego macabro que siguieron, pero bueno, ya ahora ¿qué se le va a hacer?, gracias por pasarte y comentar, un saludo...

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  5. Dejando aparte el maltrato gratuito a los pobres animales creo que Holocausto Caníbal es una joya de la caspa y sobre todo la promocionaron muy bien. De hecho, años más tarde todavía mucha gente se creía que los desgraciados protagonistas morían de verdad.
    De todas las películas desagradables que he visto (sin contar las de Isabel Coixet) ésta es de las mejores.

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