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miércoles, 11 de diciembre de 2013

Noche silenciosa, noche sangrienta (1973) de Theodore Gershuny



La casa Butler, donde hasta las ratas se mueren de aburrimiento
Aquí continúo con el "especial navideño" y ahora vengo una película, que según he podido comprobar, venía avalada por la coletilla de "clásico de culto", algo que me parece incomprensible una vez visto el soberano engendro que es. "Noche silenciosa, noche sangrienta" es una mierda. Su dirección de tipo amateur es pésima, su argumento falta de lógica, además es plomiza y aburrida, y ya por no hablar de los lamentables aspectos técnicos, entre los que destaca una espantosa y oscurísima fotografía, que dificulta de manera preocupante que uno pueda distinguir lo más mínimo entre tanta sombra y tan escasa nitidez. Lo peor de todo no es que sea en sí un film rematadamente malo, películas así las hay a patadas y desgraciadamente siempre las habrá, sino que haya por ahí alguien que pueda llegar a destacarla como de mínimo interés fílmico. La película es una baratísima producción de serie B, que realmente no se sabría muy bien cómo definirla. 

Una parejita de visita por la casa...

...retoza en su lecho de amor...
Sí es cierto que posee ciertos elementos que podrían situarla como un claro experimento primario del posterior y popular slasher; al año siguiente aparecerían dos films magníficos que aportaron las bases de dicho subgénero, "La matanza de Texas" y "Navidades negras", cuyo valor dentro del género es infinitamente superior al de este bodrio. Aunque dista mucho de seguir la fórmula que el slasher adoptaría, sí que hay por ahí un tímido ramalazo que podría ser visto hoy en día como ciertamente pionero. Por otro lado, la peli también muestra alguna pizca del género giallo, procedente de Italia, sobre todo en el detalle de que el asesino (las pocas veces que sale) lleva puestos unos guantes negros de cuero (detalle imprescindible en todo giallo), aparte de exponer, a priori, una especie de trama de misterio, que al final acabará no importándole absolutamente nada al espectador, porque la trama es un mojón. El argumento viene a girar en torno a la venta de una gran mansión en la que veinte años atrás, el propietario fue quemado vivo. Anteriormente había sido un manicomio y cuando el típico pelamangos de turno quiere ponerla a la venta, durante unas Navidades, un misterioso asesino hará su aparición para cargarse a unos cuantos, para ¿sabotear dicha venta?, ¿como venganza por algo ocurrido en el pasado?, ¿porque simplemente está loco y le tocó atacar en dicha casa como le podría haber tocado cualquier otra cercana? 

...y son asesinados a hachazo limpio

El asesino lleva guantes de cuero negro, como en los giallos
Bueno son una serie de preguntas que en un film mínimamente decente, el espectador se plantearía a medida que va devorando la trama. Pero como esta película es tan mala, es tan soporífera y es tan coñazo, uno ya se acaba cansando de ella cuando lleva tan sólo media hora de metraje (y todavía le queda por sufrir, a quien la llegue a aguantar despierto, casi otra hora más). Todo esto viene encima acompañado por una repugnante voz en off, que va narrando toda la matraca; un recurso que queda como el culo, pues no es utilizado de una forma coherente y se muestra además, totalmente innecesario. Es una pena, porque si se hubiesen currado algo más la historia del film, a pesar de su aspecto tan amateur, pues quizás hoy en día podría llegar a haber sido señalada como uno de esos films grindhouse ciertamente entrañable. Pero nada de eso, no merece la pena ni visionar cinco minutos de la misma, porque ya os lo digo yo, el final es bochornoso, muy confuso; pretendieron incluirle cierto toque surrealista a la mezcla y les quedó un churro mierdero que deja a todo aquél que lo visiona, con cara de idiota y con la irremediable sensación de una solemne pérdida de tiempo. 

A John Carradine le cuesta decir palabra, ¡y no me extraña!

Que se note el espíritu navideño
Lo curioso es que en un instante consigue abrir boca, con la ejecución de un doble asesinato verdaderamente sanguinolento (si tenemos en cuenta el año de su producción); un momento en el que una pareja es cosida a hachazos en la cama; una escena como mínimo potente. Pero ahí quedó la cosa, el film no ofrece nada de mínimo interés en el metraje posterior a dicha escena, es malo, malo, malo. Y ya si hablamos del reparto; es para caerse de espaldas; destaca en este aspecto la breve participación del veterano John Carradine, en el ocaso de su carrera, y de una modelo musa de Andy Warhol, Mary Woronov, la cual se convertiría durante los ochenta en una cara muy común en films fantásticos y de terror de serie B. Lo repito, una puñetera basura que no vale para nada, ni siquiera como mera curiosidad.  

Mary Woronov, musa del artista Andy Warhol

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