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lunes, 16 de diciembre de 2013

Santa Claus conquista a los marcianos (1964) de Nicholas Webster



Aunque parezca mentira, éstos son marcianos
Y como el cine de clase Z más casposo, abarca lo suyo dentro del terreno cinematográfico; pues no podía pasarse por alto alguno que tocase el tema navideño. Y aquí tenemos "Santa Claus conquista a los marcianos", una película que ya con su título delata lo demencial y cachonda que es. Un film realmente único, de verdad lo digo (aunque no necesariamente en el buen sentido), porque presenta un argumento tan extraño, curioso y ridículo que, desde luego (para mal), acaba llamando la atención. La película está hecha con cuatro dólares y como tal, se nota un huevo que la realización es una soberana mierda. Lo que nos cuenta, a grandes rasgos, es que unos padres de familia marcianos (sí sí, de los que viven en Marte), están preocupados porque sus hijitos (uno de ellos era una pequeña Pia Zadora, quien se convertiría en actriz y cantante en los ochenta), están todo el día alelados frente a la televisión (sí, que los marcianos también ven la tele), hipnotizados por ridículos programas emitidos desde la Tierra. Así que los papis, preocupados por la falta de sensibilidad y alegría de sus hijos, se preocupan por buscar un mecanismo para hacer que los nenes se humanicen (paradójicamente). 

Santa Claus y los dos niños terrícolas pasándoselo chupi guay

Los dos niños marcianos (uno de ellos
es una pequeñaja Pia Zadora)
Para ello, idean un plan genial (¡oye, guay del paraguay!), viajan a la Tierra y secuestran, nada más y nada menos, que al mismo Santa Claus; y de paso también a dos niñatos terrícolas, a los que se llevan a Marte, para que jueguen con sus rancios hijos. La intención de este secuestro, es que el barbudo bonachón, inunde de felicidad los corazones de los pequeños marcianos y que así se olviden de ver tanto programa basura (y eso que de aquélla no existía "Mujeres, hombres y viceversa" o "¿Quién quiere casarse con mi hijo?" y mierdas de éstas). Pero también hay por ahí, algún marcianete malvado que quiere joderles el plan y hará uso de la más avanzada tecnología (¡qué chiste!), existente en el Planeta Rojo, para joder un poco la marrana. 

Un robot que ríete tú de Terminator

Santa Claus confraternizando con los marcianos
Bueno, la película es una soberana castaña, aparte de ser, en resumidas cuentas, un insulto al Séptimo Arte toda ella. No sé si está catalogada como una de las peores películas jamás hechas, si no lo está, al menos debería, porque es un título que se merece a pulso. La película es tan patética, que ríete tú de los films más pobretones de Ed Wood. No vale un pimiento; los actores son una mierda, los decorados (¡madre mía, si es que se les puede llamar así!) son nefastos; ver el supuesto interior de la nave construido con cartulina o un robot, que en determinado momento hace su aparición, el cual parece haber sido hecho por unos niños en clase de manualidades, son prueba de ello. Ya no hablemos de la excelente labor de maquillaje (es para descojonarse). Por lo visto, es tan mala, que incluso se ha ganado cierto estatus de culto, entre ese recóndito mundillo de adoradores de la caspa y la serie Z más chunga. En fin, que no vale una mierda, pero no deja de ser muy curiosa por la tan exagerada colección de disparates (tanto argumentales como técnicos) que acumula durante su desarrollo. 

¡Vaya cool el decorado de la nave!, ¿verdad?

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