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jueves, 23 de enero de 2014

El elemento del crimen (1984) de Lars Von Trier



''Jo, una película de Lars Von Trier. ¡En qué embolao me he metido!''
Desde que no hace mucho comenté el truñaco de "Funny Games" y señalé un tanto por encima mis impresiones sobre el cine de Michael Haneke, me quedé con las ganas de meter mano a la tan encumbrada obra de otro mindundi snob que se cree un creador magno, me estoy refiriendo al maestro de la caca a la que los críticos pintan de purpurina para que parezca oro a los ojos de los espectadores llanos, para así conseguir que éstos parezcan inútiles mongólicos incapaces de distinguir la más sublime genialidad de la mierda más absoluta. Von Trier y Haneke me parecen lo peorcito del panorama cinematográfico actual, auténticos creadores del denominado por los más curtidos, como el anticine. Desde luego, estoy de acuerdo en que estos dos son auténticos cabecillas del anticine, y esto no lo digo como acto meritorio, sino todo lo contrario, desde mi punto de vista se los merecen por ofrecer con cada una de sus películas, un auténtico atentado a lo que supone mi concepción de lo que es el cine. 

''Alguien ha estrellado un huevo contra el objetivo. ¡Ah no, es que la peli es así!''

Este perrín es lo más bonito que se ve en toda la peli
Von Trier demostró ya desde su primera película (bueno, en realidad había hecho un mediometraje en 1982, pero bueno, afortunadamente se encuentra ilocalizable; o al menos yo no he logrado localizarla por ninguna vía; tampoco es que me haya esmerado mucho), que era un jeta cojonudo. Lo de construir una película sin un guión lógico, ha sido durante su filmografía, su marca de fábrica. Lo lamentable es que con el paso de los años, ha cosechado un buen puñado de adeptos que lo han vitoreado como un genio, (de verdad, ¡qué daño ha hecho la droga!). A ver, hablando en serio, soy partidario de que hay que respetar todos los gustos, pero es que francamente, me quedo a cuadros cuando veo un engendro filmado por este patán egocéntrico, y no doy crédito cuando leo algunas de las críticas que sus forofos fans o críticos intelectualoides le dedican a sus abominables films, señalándolos como poco más que obras maestras inigualables. 

Por aquí anda Me Me Lai, la indígena de "El país del sexo salvaje"

Mucho dogma, pero la chicha que no falte
Bueno, no voy a entrar en ningún tipo de debate al respecto, pero sí que me voy a quedar agusto con la infamia presentada por este "genio" danés, que odia América y que hace obras "rompedoras" y "crudas" como la vida misma. Bueno, corría 1984 y el señor Von Truño, digo Von Trier, todavía no había descubierto lo que era el Dogma y si digo descubierto, es porque en sí, este caballero tan curtido en ideas originales, no fue su descubridor; es mas el Dogma ya data de un puñado de films rollo experimentales de la década de los sesenta (algunos de ellos apadrinados por el propio Andy Warhol), que si bien no recibieron el nombre de "Dogma"; sí compartían las bases fundamentales que caracterizan a este movimiento, iba a llamarlo cinematográfico, pero no lo considero tal porque desde mi apreciación, un film dogma se carga la esencia que caracteriza al cine en su definición, por mucho que los haya que lo señalen como un movimiento innovador y digan que es la pera limonera. Pues bueno, el señor Von Trier apareció en la industria del cine (¡en qué mal momento!), con este raro experimento, según él, aportador de su visión del cine negro (¡manda huevos!). 

Así os habéis quedado con tanto bronceado

Lo que nos viene a contar la peli, es una especie de relato rollo futurista o su puta madre (un tanto influenciada por ''Blade Runner'', o al menos a mí me ha dado un cierto ramalazo en alguna ocasión, aunque lógicamente ese gran clásico le da ochocientas mil vueltas a esta cosa rara), sobre un poli que persigue a un asesino y recurre a un científico para que lo hipnotice, para así conseguir no sé qué puñetas de claves esenciales para pillar al tipo. Bueno, la película es una ida de olla cojonuda. Nada se entiende, ni nada tiene sentido, muy en la línea anti-narrativa de Von Trier, y si digo anti-narrativa es porque él mismo se regodea de haber revolucionado el terreno del cine con sus métodos no convencionales, con los que los más sesudos hacen mil conjeturas para parecer ellos más ilustrados. 

Paseando por la laguna ocre

''¿Éste es un asesino? Es que ya me he perdido''
Lo cierto es que poco recuerdo del visionado de "El elemento del crimen", aunque lo que sí que mantengo en mi memoria es el absoluto sopor que producía su visionado (es más tengo la clara imagen en mi cabeza de estar mirando mirnado el reloj cada poco, para ver cuánto había pasado de esa tortura y a cada poco me llevaba la misma desilusión; sólo habían transcurrido cinco minutos desde la última vez que había mirado la hora) y ese asqueroso aspecto ocre, que daba la impresión de que habían impregnado el objetivo de la cámara con unas cuantas yemas de huevo batidas. Algo repugnante y además muy cansino para la vista. En su afán innovador Von Trier construyó un film pesado al extremo, tanto a nivel argumental (ya que es imposible de seguir despierto y que además carece de lógica; eso sí ahora dígame algún listo que sólo lo puede pillar gente "intelectual") y a nivel visual; por favor si una vez terminó tenía la sensación de que lo veía todo con esa tonalidad, era como si esa asquerosa fotografía hubiese contaminado mis ojos (¡menuda tortura!). En fin, que no vale un pimiento. Pero claro, como la ha hecho un "genio" como Lars Von Trier, los habrá a porrones que os la recomienden, como el resto de su obra (fijáos que seguramente todos sean snobs que van de bohemios, antiamericanos, antisistemas, y todas estas historias que les gusta vitorear a ellos para dejar muy claro que están a un nivel superior que el resto de los normales mortales). Pues hasta aquí, mi comentario de la primera película del señor que llegó a decir que comprendía a Hitler y que se autoproclamó "el mejor director del mundo", con esas perlitas uno ya se puede ir haciendo una idea de la pretenciosidad que se va a topar. La recomiendo como método de tortura contra algún cabrón/a que odiéis a muerte (por ejemplo, alguien que os ha roto el corazón, seguro que os regodearéis con su sufrimiento). 

''Pero, ¿cuándo va a acabar esta tortura?"

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