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miércoles, 26 de febrero de 2014

El lago azul (1980) de Randal Kleiser



Emmeline y Richard (Elva Josephson y Glenn Kohan) de niños
Un auténtico clasicazo de los ochenta, emotivo al cien por cien y precioso se mire por donde se mire. Una historia inmortal, basada en una novela de Henry De Vere Stacpoole, que ya había conocido una adaptación en 1949 (protagonizada por Jean Simmons), la cual pereció en el olvido, subyugado por el rotundo exitazo de esta versión, dirigida por Randal Kleiser, quien dos años antes había arrasado la taquilla del mundo entero con "Grease". La peli nos cuenta la historia de Emmeline y Richard, dos niños (inicialmente interpretados por los infantes Glenn Kohan y Elva Josephson), que consiguen sobrevivir a un naufragio. En compañía de otro de los tripulantes, del barco en que navegaban, Paddy (Leo McKern), consiguen llegar a una isla desierta. Pero al poco tiempo, el hombre fallece y los niños deberán componérselas para sobrevivir en ese paraje, en el que, lógicamente, irán creciendo hasta convertirse en dos atractivos jóvenes (los inolvidables Christopher Atkins y Brooke Shields). Los chavales, aparte de aprender a cazar, pescar y demás exigencias de su estilo de vida primitiva (dadas las circunstancias), también irán experimentando los obligatorios cambios que la adolescencia, irá haciendo presentes en sus cuerpos. Así, desde su ingenuo punto de vista, irán siendo testigos de su despertar sexual. 

Los dos pequeños con Paddy (Leo McKern) después de sobrevivir a un naufragio

Emmeline, ya más crecidita
(Brooke Shields, una sex symbol a los 14 años)
Leyendo muchas de las críticas de "El lago azul", veo que está muy denostada e infravalorada. Hay muchos que sólo la señalan como recomendable para tontorronas quinceañeras o nostálgicos de la propia época. A mí me parece que es mucho más que eso, es más viéndola a día de hoy, lamento profundamente la inexistencia de films con este espíritu tan entrañable en la actualidad. "El lago azul" es una película muy tierna, y como ya he dicho anteriormente, preciosa se mire por donde se mire. Si la analizamos desde su punto de vista visual, nos encontramos una de las fotografías más bonitas, que alcance a recordar haber visto en una pantalla, con unos escenarios naturales maravillosos y unas tomas submarinas rodadas con una excepcional elegancia. Si nos paramos a escuchar su banda sonora, encontraremos unas piezas musicales que ponen los pelos de punta de emoción de lo asombrosas que resultan (preciosa partitura de Basil Poledouris). 

Richard también ha pegado el estirón (Christopher Atkins debió de haber sido
todo un mito erótico para las chavalucas de principios de los ochenta)

La parejita explorando el océano
Si nos centramos en el argumento, ¿se le puede reprochar como punto negativo su simplicidad?; yo creo que para nada, porque el atractivo de "El lago azul" no es el mostrarnos a dos chavalucos calentones que se pongan a darse mandanga a cada momento; nada de eso. El film muestra un erotismo de forma sutil, pero sin tapujos; de una forma muy ingénua, de tal manera como lo perciben sus propios protagonistas. Pero "El lago azul" no nos habla de sexo simplemente, sino de amor, de amistad, de sentimientos puros. Es un film puro y más que bello. Me veo en la obligación de destacar a sus dos protagonistas (y prácticamente únicos personajes del film), los cuales (a pesar de que sus interpretaciones han sido puestas a parir -a Brooke Shields hasta le dieron un Razzie a la peor actriz-) me parece que lo hacen genial y desprenden una química que ya quisieran muchas parejas rancias del celuloide actual.

Richard necesita un momento de intimidad

A pesar de la popularidad momentánea que tuvieron ambos actores, hay que decir que posteriormente sus carreras no fueron lo fructíferas que por aquel momento, prometían ser, sobre todo la de Christopher Atkins, quien no ha vuelto a tener ninguna participación memorable en el Séptimo Arte, y Brooke Shields, aunque ha tenido algo más de relevancia, tampoco es que haya vuelto a repetir ese momento tan glorioso que logró para su persona, con tan sólo 14 años. Por cierto mencionar como curiosidad, que las escenas de desnudos femeninos, fueron realizadas por dobles de cuerpo, fijáos que cuando se ve a la propia Brooke Shields, ésta cubre su busto con su larga melena. 

Una vez han despertado las hormonas, ya es imposible "volverlas a dormir"

¡Qué bonito!, ¡cuánto se quieren!
Decir también que "El lago azul" pertenece a una época maravillosa, un momento en el que el cine vivía un esplendor en toda regla. ¿Por qué digo esto? Muy sencillo, ¿os imagináis hoy en día que algún realizador se atreviese a hacer un film con un argumento semejante a éste?, ¿os imagináis una película tratando el tema sexual entre jóvenes con la absoluta libertad que "El lago azul" ofrece?, ¿a que no?; en ese caso a sus responsables los tacharían de degenerados y enfermos y levantaría tanta polémica, que incluso seguramente, recibiese el más duro bofetón por parte de la censura. ¡Qué retroceso hemos vivido! Que en 1980, estas cuestiones fuesen meras banalidades y en 2014 esto levante ampollas, encontrad vosotros el término que mejor le vendría a esta avergonzante situación. El mayor mérito de "El lago azul" es que demostró que no por el hecho de tratar (como ya he comentado) el tema del sexo y otros que muchos podrían encontrar peliagudos (véase la menstruación), con absoluta libertad, equivale a un resultado "guarro", sino elegante, bonito y sentimental. Vuelvo a repetir, que en conjunto me parece un inolvidable clásico, y no sólo lo digo porque la viese siendo muy pequeñito y al volver a visionarla en la actualidad la nostalgia haga mella en mí (que también), sino porque verdaderamente la considero una increíble joya que merece más relevancia y consideración que el mero hecho de catalogarla como material bobalicón para adolescentes en celo. Oyendo cosas como éstas, uno se puede hacer a la idea de dónde tienen el cerebro muchos que van de enteradillos. Un film imprescindible, para públicos de todas las edades. 

Y claro, tanto amor al final... ¡sorpresa!

*MI MOMENTO FAVORITO: la escena final, y aunque deduzco que casi todo el mundo la ha visto, voy a ser bueno y no la voy a destripar, por si queda algún despistadete. Y es que este film saca a relucir mi lado más sensible.

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