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miércoles, 12 de febrero de 2014

Tú y yo (1939) de Leo McCarey



Los dos protagonistas, Michel (Charles Boyer)
y Terry (Irene Dunne) se conocen
"Tú y yo" es probablemente una de las historias más sonadas de los especiales "San Valentín". El caso es que esta comedia romántica clásica, ha adquirido cierta fama con el tiempo gracias a otras cuestiones ajenas a su propia fama (valga la redundancia) merecida. Resulta que en 1993, apareció una película, que me encanta, y que pienso comentar en breve aprovechando la fecha actual, que es "Algo para recordar", protagonizada por Meg Ryan y Tom Hanks. "Algo para recordar" construía su argumento en base a una anécdota ocurrida en la película "Tú y yo", cuya pasión el personaje de Meg Ryan y el de otras fémeninas presentes en "Algo para recordar" declaran durante numerosas ocasiones, a lo largo del film. Pero esa "Tú y yo" no es esta "Tú y yo". A ver me explico. Este film, realizado en 1939 por Leo McCarey, que gozó de muy buenas críticas e incluso varias nominaciones al Oscar, cayó en el más absoluto de los olvidos pasando los años; y la verdad no me extraña mucho.

Al principio intentan resistirse a lo que sienten el uno por el otro...

Sin embargo el propio McCarey decidió resucitarlo haciendo un remake en 1957, con Cary Grant y Deborah Kerr contando exactamente la misma historia, el cual gozó de más popularidad y aceptación. Ese "Tú y yo" de 1957, se instauró por lo tanto como un clásico más recordado que condenó aún más a la obsolescencia a ésta, su antecesora. No obstante el paso del tiempo también hizo mella en ella y de no haber sido por el bombo que le dio el éxito de "Algo para recordar", la versión de 1957 de esta historia, tampoco sería tan recordada. O sea que tenemos un caso bastante curioso en lo referente al éxito de una película posterior que revaloriza la fama de una peli anterior, que a su vez era el remake de otra mucho más anterior. Y esa primerísima versión es la que me he animado a comentar en este instante. 

...disimulando incluso, sus encuentros


Pero al final el amor triunfa
De la película, pues la verdad, no se me ocurre demasiado que comentar. Se trata de una mundana y normalucha comedia romántica, de tipo sofisticado que eran las que triunfaban en los años treinta y cuarenta, sobre un playboy ligón (Charles Boyer) y una cantante de un club nocturno (Irene Dunne), que se conocen a bordo de un transatlántico y se enamoran. Pero claro, ambos están comprometidos con personas diferentes y deben guardar la compostura de cara a los demás. No obstante, pierden tanto la cabeza el uno por el otro que deciden hacer un pacto, romper con sus compromisos y encontrarse seis meses después en lo alto del Empire State Building de Nueva York (quien haya visto la peli de "Algo para recordar" le sonará de sobra, porque de aquí extrajeron la misma idea de la cita en dicho edificio). Bueno, pues debo decir que el primer tramo del film, o sea cuando se conocen y él le lleva a conocer a su anciana abuela (Maria Ouspenskaya, la anciana zíngara de "El hombre lobo") y todo este rollo hasta que el destino los separa y acuerdan el pacto ya mencionado, me ha parecido un soberano coñazo. No es más que una comedieta sin gracia, o muy poquita, muy rancia, ñoña y de un interés, en mi opinión, argumentalmente nulo. No obstante, la segunda parte mejora bastante, a raíz de un accidente que la pobre protagonista sufre y que no sólo la impide acudir a la cita romántica, sino que encima la deja paralítica. Así, el hombre piensa que ella le ha dado calabazas y sus destinos tomarán caminos distintos, dando paso a un film más sólido y en el que comienza a dominar una vertiente más dramática.

La abuela de Terry (Maria Ouspenskaya)

Ambos acuerdan encontrarse seis meses después
en lo alto del Empire State Building de Nueva York
Un punto a su favor son las interpretaciones, ella me resulta encantadora y él, aunque debo decir que me cuesta olvidar al verlo, a ese soberano cabrón que interpretó en "Luz que agoniza" y que no paraba de putear a la pobre Ingrid Bergman, digamos que está aceptable, sin más. Pero el guión, no puedo decir que me haya fascinado, a pesar de algún que otro puntazo, como los diez últimos minutos finales, en los que se ocasiona el ansiado reencuentro entre ambos, después del quebranto de sus destinos. En resumidas cuentas, no es que sea santo de mi devoción, aunque seguro que hará las delicias de los amantes de las comedias románticas clásicas. Para mí es una peli pasable, muy salvable gracias a una última mitad de metraje que mejora gratamente una primera mucho más olvidable. Reconocerle el mérito de haber sido la responsable de la existencia de una película tan entrañable como "Algo para recordar", porque aunque en ésta, los personajes en realidad se refieren al remake de 1957, no podemos obviar que ya existió la conveniente antecesora.

Michel esperando en el Empire State una cita que nunca llegará

*MI MOMENTO FAVORITO: el reencuentro final entre ambos protagonistas, en donde Michel (Charles Boyer) entenderá además, el porqué de la ausencia de Terry (Irene Dunne) a su cita.

Terry no quiere que Michel descubra que está paralítica

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