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miércoles, 19 de marzo de 2014

Barry Lyndon (1975) de Stanley Kubrick



El prota, Barry Lyndon (Ryan O'Neal)
De verdad, obviando que se trata de una pelicula de Kubrick (y ya se sabe la peña instruida dirá que absolutamente todo lo que hizo es maravilloso), quiero que la gente sea sincera y diga, con la mano en el corazón, si de verdad no se aburrieron con el visionado de este insoportable ladrillo. Yo voy a ser breve, porque no he sacado demasiadas conclusiones de este film del "genio" y "maravilloso" Stanley Kubrick. El film nos relata la (larguísima y excesiva) historia de un joven, Barry Lyndon (Ryan O'Neal), que hayá por el siglo XVIII, consigue escalar posiciones, a pesar de su delictivo pasado, y mediante un matrimonio, convertirse en un miembro de la alta aristocracia de la época. Punto pelota. Por un lado tenemos, indudablemente, una película muy bien hecha, y cuando digo muy bien hecha, es que es una auténtica maravilla artística en todo su componente visual. 

El señor Lyndon casándose para escalar de clase social

No se puede negar que la decoración, la fotografía, los vestuarios y la puesta en escena en general son realmente geniales. En el apartado técnico la película es un auténtico prodigio, eso nadie lo puede discutir. Kubrick se inspiró en pinturas del Barroco para tratar de trasladar a la gran pantalla esa ambientación, esa iluminación y chapó por él, al César lo que es del César, capturó la esencia de la generación de pintores de dicha época (algo que un experto en Arte seguro que podrá comentar en más amplia exactitud). 

Prodigiosa decoración inspirada en el arte Barroco

También se plasmó con fidelidad la iluminación del mismo
Pero por otro, tenemos un film muy difícil de seguir, es lento, pero lento, lento, lento. Vamos de esos que te hacen plantearte poco menos que el suicidio (bueno estoy exagerando, pero lo hago para que os hagáis una idea de la tortura mental y física que supone tragar semejante truño). Es tan aburrido que las 3 horas que dura parecen convertirse en 3 días, de verdad, creo que batí un absoluto record de miradas al reloj durante su visionado y sí, me la vi enterita, con mucho dolor y mucha penuria. ¿Consecuencia de todo esto? Que lo que pase en el film te acaba importando un comino. El aburrimiento acaba anulando al espectador todo tipo de virtud artística que posea la película y lo hunde en una agonía de la que deseamos salir con la ansiada llegada de los créditos finales. En definitiva, "Barry Lyndon" es un truño, ningún crítico experimentado lo reconocerá, pero eso no quita que sea un truño. 

El ejército inglés partipando en la Guerra de los Siete Años (1756 - 1763)

Está bien muy bien hecha, sí, pero no deja de ser un truño (¿os ha quedado ya claro que es un truño no?). Y digo lo mismo de siempre no estaría tan bien considerada si el director no fuese quien es, de eso estoy convencidísimo, pero claro como es de Kubrick pues para quedar de culto y entendido hay que decir que es maravillosa, de ahí el culto entorno a ella. ¡Ojo!, que no es mi interés desprestigiar a Kubrick, pero no se puede negar lo innegable. Yo desde aquí digo que quien se atreva a tragarse este letárgico ladrillo, lo haga con una buena dosis de cafeína. Yo no pienso volver a verla en mi vida. Por cierto, ganó cuatro Oscars, evidentemente los correspondientes a mejor fotografía, dirección artística, vestuario y banda sonora, absolutamente merecidísimos.

¡Vaya modales se gastan los aristócratas!

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