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viernes, 14 de marzo de 2014

Un toque de distinción (1973) de Melvin Frank



El insoportable prota masculino, Steve (George Segal)
Y aquí traigo otra de esas típicas bazofias sobrevaloradas, una estúpida "comedia" (porque lo que se dice gracia, hace muy poquita), que la crítica pone por las nubes. Precisamente con los términos sobrevalorada y estúpida quedaría muy bien resumido el espíritu de ese sofisticado engendro, muestra de la comedia inglesa más mongoloide posible, pero por no quedarme tan escueto, extenderé (muy a pesar) mi comentario en unas breves líneas más. La película es bastante insípida como comedia y también como drama, porque sí, también pretende resultar dramática en determinados instantes (sin conseguir ni uno de los propósitos perseguidos). No es que la historia en sí esté rematadamente mal, se ciñe a un esquema básico de comedia romántica que compone en sí las bases de dicho género, pero la verdad, a mí las situaciones que viven la pareja protagonista me han parecido bastante estúpidas y ridículas, así como ellos mismos la gran parte del tiempo (sobre todo él, todo sea dicho). 

La intragable rancia y seca prota femenina, Vickie (Glenda Jackson,
injustísimamente premiada con un Oscar a la mejor actriz)

El film resulta mundanamente vacío, viene a contarnos el affair que viven un hombre de negocios americano (George Segal), ya casado, y una rancia y estirada mujer inglesa divorciada (la repelente Glenda Jackson). Punto. Van y vienen de aquí para allá, visitan España (Málaga concretamente), se quieren mucho, se pelean, discuten, se tiran cosas y al final, acaba cada uno por su lado. Resumiendo, casi dos horas tiradas a la basura, con un libreto tan interesante como para un torero los derechos de los animales. Para encima la película, ya siendo pobre argumentalmente hablando, pierde totalmente al completo el interés y el ritmo (el mínimo que poseía hasta el momento) una vez que los dos protas vuelven de Málaga, ahí se alarga la historia in extremis y no puedes evitar ver el reloj para ver cuánto le queda a la puñetera película. 

Los dos se pasan todo el rato haciendo lo mismo, el imbécil

De verdad, ¡qué cansinos son!
Eso sí, ahora voy a señalar para mí, lo más indignante, lo más abominable y la mayor tropelía que posee este pedazo de truño, y es que la seca y rancia Glenda Jackson fue premiada con el Oscar a la mejor actriz por su papel; ¡ver para creer!, cuando había candidatas infinitamente mejores que merecían ese premio mucho no, muchísimo más, no hay más que mirar el PAPELÓN (con mayúsculas) que hace la magna Ellen Burstyn en ''El exorcista'' -la película más injustamente boicoteada ese año en los Oscar-, y ver como se come interpretativamente a la Jackson que no despierta ningún tipo de sentimiento en el espectador más que cansancio y amargura (sólo con mirarla a la cara en un simple fotograma). Lo peor es que encima la señora Jackson ya contaba con un Oscar, (algo que me parece todavía más insultante considerando que los Oscars se les da supuestamente a buenos intérpretes y la Jackson no lo es) por su mierda de papel en esa grandísima mierda (valga la redundancia) que es "Mujeres enamoradas" de Ken Russell. No sé qué le daría a los miembros de la academia con esta tía para premiarla, siendo más que evidente su nula capacidad para demostrar la más mínima expresividad, pensando mal uno podría llegar a sospechar de la actividad de ciertas actividades de dudosa moralidad entre los entresijos de los magnates de Hollywood (¡eh, que no insinúo nada!). 

¡Por favor, mirad qué expresividad!, ¡qué alarde de talento!

En definitiva, es un mojón de los gordos, una apestosa comedia inglesia petarda como ella sola, de las típicas que por su alto grado de sofisticación contentan a la crítica especializada, pero que en mi opinión no deja de ser una cochambra ridícula que hoy en día pasaría desapercibida por completo y la verdad es que el olvido en el que ha caído se lo tiene bien merecido, ya que no es destacable en prácticamente todos los aspectos. En cambio, mirad "El exorcista", por ejemplo, un film que ha dado la vuelta al mundo y se mantiene fresco cuarenta años después de su realización; ¿de verdad nadie pone en duda la categoría de los premios?

¡Petarda, dale ese Oscar a Ellen Burstyn que se lo merecía mucho más!

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