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martes, 17 de junio de 2014

La dama y el vagabundo (1955) de Clyde Geronimi, Hamilton Luske, Wilfred Jackson



Reina llega al hogar de Jaime y Linda
Aquí tenemos otra joya mágica de Disney. Debo decir que, aunque en sí, nunca ha figurado entre mis películas de la factoría favoritas, sí que la considero objetivamente (y más viéndola con el paso de los años) de las más entrañables y bonitas que han brindado a lo largo de su amplia existencia. Con "La dama y el vagabundo" me ha pasado una cosa muy curiosa, y es a diferencia de otros clásicos Disney, no me cautivó demasiado en mi infancia, en cambio sí que ha ido calando en mí a medida que he ido cumpliendo años y a día de hoy me resultan increíblemente emotiva y poderosamente tierna. Con este film, la Disney se adentró en un nuevo terreno, dejando de lado el tan común trabajo de adaptaciones de cuentos clásicos (véase "Blancanieves", "La cenicienta", "Alicia en el país de las maravillas" o "Peter Pan"), para elaborar un guión original que no partiese de ningún escrito anterior. 

Reina es la auténtica reina de su hogar

Golfo es un auténtico pillo
Y así nació la conmovedora historia de Reina y Golfo (en el idioma original, Lady y Tramp). El film me parece fascinante tanto desde el punto de vista escénico (no sólo por la calidad del dibujo en sí, sino por esa abundancia de colores pastel tan deliciosa, muy típica de los cincuenta) como argumental; y es que creo que el guión de la película es maravilloso. Es precisamente por lo que he dicho en innumerables veces, "La dama y el vagabundo" no deja de ser una película destinada al público infantil, pero no quita que no pueda ser disfrutada por un espectador adulto, ¿por qué?, muy sencillo, porque presenta una serie de detalles en su guión que uno siendo adulto puede captar y encontrar la mar de interesantes. No pasa como muchos de los films infantiles de hoy en día, parece que se tiene preconcebida la idea de que un film para niños es algo así como bobalicón e insulso. "La dama y el vagabundo" es otra prueba viviente que demuestra que esta apreciación es falsa, pues posee una historia muy sólida repleta de imperecederas moralejas, de ahí que sea una pieza intemporal, disfrutable por público de varias generaciones. 

Reina con sus amigos Triste y Jock

Reina conoce al nuevo miembro de la familia
El film se centra en la vida de una perrita cócker, Reina, la cual es adquirida por una pareja de humanos (Jaimito y Linda), que la cuidan desde pequeñita y la arropan con amor y cariño. Ella es una perrita sofisticada y el hecho de tener un collar le atribuye cierto estatus, digamos que representa en el mundo perruno, el alto standing. Por circunstancias de la vida, acabará conociendo a Golfo, que representa lo contrario que ella, la escoria, pues es un perro vagabundo y el algo que con lo que no gusta codearse. Primer puntazo de la peli, nos hacen un análisis acojonante de la sociedad a través de las figuras ficticias de unos perros, algo que denota un trabajo sobresaliente e increíble, inteligente y eficiente a partes iguales. A lo largo del film iremos viendo la serie de desgraciados palos que la aparentemente feliz vida de Reina, le irá dando a la pobre, metafóricamente nos refleja los desengaños que a lo largo de nuestra vida, si nos indentificamos con el personaje, iremos sufriendo inevitablemente. 

Golfo saca los dientes por defender a Reina

Tía Clara, ¡valiente zorra!
Dichas situaciones acabarán haciendo que su destino y el de Golfo acaben juntándose, proporcionándonos a los espectadores una de las escenas románticas más bellas y emotivas (desde mi punto de vista) de la Historia del cine (con spaguetti de por medio). El siguiente puntazo del guión, será meternos una nueva moraleja, pues como en la vida misma, nos dejará muy claro que el vagabundo, la supuesta escoria social, tiene un corazón de oro y demostrará su valor y coraje llegado un momento crucial. A todo esto habría que sumar otro aspecto que quiere reflejar el film. Al ser sus personajes, en su mayoría, perros, aún utilizando el inevitable toque ficticio (pues no deja de ser una película), la película sirve como vehículo para transmitirnos una arrolladora verdad; lo fieles que son nuestros peludos amigos cuadrúpedos. Por supuesto, esto únicamente lo podrá comprender quien haya tenido algún can como mascota, para quien no haya sido el caso, seguramente le costará más comprender esta premisa o directamente se burlará de ella, pero todo aquél que haya sentido el inconmesurable cariño de un perro, disfrutará aún más del visionado de esta fantástica película. 

El divertido señor Castor "desata-bozales"

Y es que bien lo resume una frase de Josh Billings que abre el film: "en toda la historia del mundo hay algo que el dinero no ha podido comprar jamás... el movimiento de la cola de un perro". Creo que existen pocas verdades tan aplastantes como la expuesta en dichas palabras. Destacar además, la excelente y preciosa banda sonora, broche de oro para una obra maestra de la animación en toda regla.

Reina se codeará con los menos afortunados de su especie en la perrera

Por ponerle un par de pegas, mencionar dos apreciaciones personales. La primera, va referida a cierto momento que me parece lo más dramático; se trata de esa escena cruel ocurrida en la perrera en la que se nos muestran perritos tristes, llorando, por encontrarse en semejante lugar hostil. Me parece una escena impecable por un lado, pero hiriente en otro, yo no he podido contener las lágrimas ninguna de las ocasiones que he visto la película. Sé que es un film de ficción y para más inri, animado, pero seguro que muchos entenderéis el porqué saca a relucir mi lado más sensible. 

¡Qué pena, por Dios!

Y la segunda, va dedicada a los personajes de esos dos asquerosos y repugnantes gatos siameses, pertenecientes a la no menos odiosa Tía Clara. Después de armar la de Dios es Cristo y enmierdar a la pobrecita Reina, hasta el cogote, de cara a su infernal dueña, los dos mamones escapan de la situación totalmente impunes. Mi descontento es a cuento de que, ¿acaso estos mal nacidos no se merecían un castigo acorde a sus maldades? Lamentablemente no seremos testigos de una merecida vendetta contra este dueto de sádicos cabrones y personalmente, me habría encantado que se hubiesen llevado su justo merecido. 

¡Qué paliza se merecen estos dos putos cabrones!

Por lo demás, nada que objetar, me parece una película redonda y perfecta. Ya lo he dicho, una excelente obra maestra de cuando existía un cine infantil apto para todas las edades (no como ahora que parecen aptos para gente con retraso mental), y ¡ojo!, estas palabras se las dedico sin que entre en mi top ten de pelis de Disney favoritas, pero es justo alabarla como tal, porque es un film maravilloso que, como tal, nunca pasará de moda. 

Después de todo, la cosa tendrá buen término

*MI MOMENTO FAVORITO: tengo que señalar obligatoriamente, el más famoso de la película, sí, sí ése, el del spaguetti

''Bella notte''

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