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miércoles, 25 de junio de 2014

Risky Business (1983) de Paul Brickman



El adolescente Joel Goodsen (un jovencísimo Tom Cruise)
Un gran éxito del cine para adolescentes, tan típico y característico de los años ochenta, que ha cosechado cierto culto gracias a que fue la película que le posibilitó la fama a un, por aquel entonces, jovencísimo Tom Cruise. No obstante, viendo el póster promocional, ya digo yo que dista mucho de ser la típica comedieta gamberra y erótico-festiva que parece apuntar, al estilo de otras tan exitosas del momento como "Porky's", de hecho "Risky Business" difícilmente podría ser considerada como una comedia. Es un film que a mí personalmente no me ha dicho absolutamente nada, las dos o tres veces que la he visto (en sucesivos instantes de mi vida). Si la tenemos como una comedia picantona (como parece indicar a simple vista), la peli resulta una tremenda decepción. Si la consideramos un drama de adolescentes (de lo cual también posee algún que otro tinte), tampoco me parece muy efectiva, y es que el film divaga entre ambos extremos sin decantarse por ninguno, por lo tanto creo que el intento de afluir ambos géneros, es un tanto fallido (si es que ése era el motivo de sus realizadores). 

La escena más recordada de la película, Tom Cruise en calzoncillos
marcándose un bailecito al ritmo de la canción "Old time rock and roll"

La prostituta Lana (una jovencísima Rebecca De Mornay)
La película nos cuenta cómo Joel (Tom Cruise), un chaval muy responsable, en el cual sus padres depositan toda confianza, se queda solo en casa durante un viaje de sus progenitores. El nene, que es un pijito consentido, ve la oportunidad de hacer lo que le dé la gana, desde marcarse un bailecito en calzoncillos a ritmo de la canción "Old Time Rock and Roll" (el momento más mítico y recordado de la cinta), a solicitar los servicios de una prostituta (una jovencísima y preciosa Rebecca De Mornay, la futura mala malísima de "La mano que mece la cuna"), montarse una fiestecilla con unos colegas y consumir algún porrete que otro, hasta el extremo de acabar convirtiendo su propia casa en un burdel, haciendo las funciones de chulo, con cuyas ganancias podrá reparar el cochecito de sus papis, que en un infortunio se lo ha cargado. En sí "Risky Business" vendría a poseer todos los elementos característicos de las comedias juveniles macarronas de los ochenta, pero no los aprovecha para construir un argumento divertido y es donde todo se va al garete a la hora de intentar disfrutarla. 

Joel y Lana montándoselo

Verás donde va a acabar el coche
La película se presenta dentro de un tono más o menos serio; pero claro el argumento es bastante delirante, así que esa seriedad no es nada efectiva. El problema es que a duras penas consigue entretener, para ser un film dirigido a un público adolescente, es bastante denso, posee un ritmo muy irregular y en ocasiones, seamos francos, es hasta plomizo. Puede que fuese llamativa en su momento por la introducción de escenas eróticas (que las tiene) un tanto subiditas de tono, vamos "Risky Business" sí se mostró fiel a ese espíritu liberal arraigado a estas producciones ochenteras; en las que los desfiles de tetas y culos solían ser más que comunes, y en la línea establecida seremos testigos de alguna que otra cúpula entre los personajes protagonistas, filmada con gran elegancia y erotismo (a destacar esa concreta en la que se lo montan en un vagón de un tren, los muy descocados). En líneas generales, "Risky Business" no deja de ser una película bobalicona y muy simplona, pero que por desgracia, intentaron hacerla pasar por un film serio y nada divertido, cuando por su argumento estaba pidiendo a gritos ser precisamente todo lo contrario. 

¡Si tus papis viesen a qué dedicas el tiempo libre!

Si con el desmadre argumental se hubiesen molestado en crear alguna que otra secuencia digna de despertar en el público una sonora carcajada, el film habría resultado más entrañable. Como tiraron por otros derroteros, lo que les quedó fue un churro difícil de clasificar (no es drama, no es comedia, ¿qué coño es esto?), muy aburrido, totalmente falto de interés (a no ser que se sea un irremediable fan de su actor protagonista). A pesar de todo, fue un gran éxito de taquilla, seguramente porque la peña acudió a las salas esperándose encontrarse la comedia gamberra que prometían con el póster promocional, ¡menudo timo!

Escándalo público en el vagón de un tren

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