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martes, 18 de noviembre de 2014

Entrenamiento mortal (1987) de David A. Prior



En plena sesión de aerobic
Pues aquí un slasher más de tantos que surgieron en los años ochenta, ya en su clara fase de decadencia. La película es malilla, tiene una realización cutre, efectos cutres y actores bastante malos. Pero no se puede negar que es entretenida. Tiene una trama curiosa y asesinatos también curiosos (valga la redundancia), es lo suficientemente estrambótica para que en cierto sentido llame la atención. La acción se sitúa en un gimnasio, de esos típicamente ochenteros, en los que los tíos visten ajustadas camisetas de tirantes y pequeños shorts que poco dejan a la imaginación, y las tías aún más ajustados tops de licra, a la par de calentadores (¡eran los ochenta!). Pues bueno, en este gimnasio, un asesino misterioso empieza a despachar cruelmente a la clientela. Los motivos quizás tengan que ver con la muerte accidental en el solarium, de una joven llamada Valerie, unos años antes, la cual quedó achicharrada viva. 

Alguien quiere meter el miedo en el cuerpo a los clientes de este gimnasio

Rhonda (Marcia Karr), la dueña del gimnasio
Ahora, su hermana gemela Rhonda (Marcia Karr) regenta el negocio, pero ¿quién es lo bastante sádico como para tratar de perjudicarla mediante actos tan extremos y violentos? Como ya he dicho, dentro de sus amplias limitaciones (en especial técnicas), el film resulta de lo más ameno y aporta un cierto toque de dinamismo a una trama, por otra parte, más vista que el tebeo. A destacar la banda sonora y la ambientación tan característicamente ochenteros. Gracias a ello y debido a que soy un gran nostálgico de la década (ya lo he dicho en numerosísimas ocasiones, y lo diré otro mogollón más, seguro), me veo en la obligación de mostrarme más benévolo con este proyecto, aunque si fuese por calidad técnica es obvio que no se lo merecería. Yo la recomiendo a los muy fanáticos de los slashers y de los ochenta, porque la verdad es que no deja de ser un film tan patatero que tomándoselo en serio no merecería un aprobado. Pero subjetivamente, perdonando sus carencias, lo he disfrutado, que es lo que cuenta.

El alfiler asesino

*MI MOMENTO FAVORITO: ese sorpresivo final, que la verdad, aún siendo un poco rebuscado, a mí me convenció en cierta medida. 

Algunas cosas no son lo que parecen

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