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domingo, 28 de diciembre de 2014

El bazar de las sorpresas (1940) de Ernst Lubitsch



Los protas, Klara (Margaret Sullavan)
y Alfred (James Stewart) se odian pero...
Bueno, pues aquí sigo rememorando clásicos idóneos para visionar en este período tan especial del año que es la Navidad. "El bazar de las sorpresas" es una fina y elegante comedia romántica orquestada por el respetado maestro Ernst Lubitsch. Seguro que más peña tendrá más fresca en su mente, por eso de ser más moderna, el film "Tienes un e-mail" protagonizado por Tom Hanks y Meg Ryan, pues bien, dicha peli era en realidad un remake de ésta que nos ocupa, obviamente adaptada a los tiempos más modernos, incorporando el tema de los e-mails e Internet que, lógicamente, en 1940 todavía era inexistente e impensable, a excepción de este detalle (aquí el romance de los protas se hace por carta), el argumento viene a ser el mismo tanto de una como de otra. La acción se desarrolla casi en su totalidad en una pequeña tienda, en Budapest, en la que trabajan juntos los dos personajes principales, Klara (Margaret Sullavan), una encantadora dependienta y Alfred (James Stewart), el jefe de personal del recinto. 

...no saben que están hechos el uno para el otro

Cita a ciegas
Resulta que la relación entre ambos es bastante mala, vamos, que no se aguantan y se llevan a matar, pero paradojicamente, sin que ninguno lo sepa, respectivamente son el amor secreto del otro. Y es que ambos, están manteniendo un romance por correspondencia. La cosa se complicará cuando decidan dar un paso más y conocerse en persona; ¡el encuentro puede ser la leche! Lo que aquí tenemos es un film muy entrañable, muy similar al estilo al que Frank Capra nos tiene acostumbrados, divertido y entretenido, y encima con el trasfondo navideño como envoltorio. Es una película de ésas que tratan de transmitir buen rollo y positivismo, llena de sentimentalismo (¡ojo!, pero no empalagoso y asqueante) y energía. El guión me parece simple, pero muy efectivo a la hora de enganchar al espectador, presentando una serie de situaciones, podíamos denominarlas, de enredo maravillosamente dispuestas a lo largo del desarrollo del argumento. Ya lo digo, es una película ideal para ser disfrutada en estas fechas y sin lugar a dudas, se trata de todo un deleite para los adoradores del cine clásico y de las comedias románticas a partes iguales.

Decorando el árbol de Navidad

*MI MOMENTO FAVORITO: ése en el que ambos personajes protagonistas, deciden verse las caras sin saber la identidad el uno del otro. 

¡Qué sorpresas tiene la vida!

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