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jueves, 25 de diciembre de 2014

La bella y la bestia (1991) de Gary Trousdale, Kirk Wise



Bella, preciosa, soñadora y aventurera
Si tuviese que otorgarle un número uno a mi top ten personal de pelis Disney, no tengo la menor duda, ése sería para "La bella y la bestia". Ni toda la tecnología digital del mundo, ni los muy avanzadísimos medios de la Pixar ni porras en vinagre, han conseguido hacerle sombra a esta maravillosa obra maestra. "La bella y la bestia" recogió el testigo del éxito que le había devuelto a la Disney "La sirenita", y ello conllevó que la productora viviese una década absolutamente prodigiosa, en la que año tras año estrenarían un éxito memorable para toda la familia, adaptando el esquema marcado inicialmente por "La sirenita" y definido de forma magistral por "La bella y la bestia". Para mí éste no es un film común, para nada, para mí "La bella y la bestia" es un regalo para los sentidos, un chute magno en la vena de la nostalgia, algo que no podría explicar con palabras. 

Gastón es el perfecto equivalente a un moscón baboso y descerebrado

¿Es la Bestia tan aterrador como parece?
Fue la primera película que vi en el cine, recuerdo que era Septiembre de 1992, tenía cuatro añitos y mi madre me llevó una tarde, a unas diminutas salas denominadas los "mini-cines" que se encontraban contiguas al Hipercor en mi ciudad natal en Oviedo (hace ya más de una década que dichos cines desaparecieron). Recuerdo como si fuese ayer (¡y mirad que han pasado años!) la sensación que me produjo cuando se apagaron las luces de la sala y comenzó esta maravilla de Séptimo Arte. Yo me vi hechizado por la magia que desprendían sus preciosas canciones, sus increíbles escenarios, esos magníficos personajes, esa tierna historia, porque no creais que por el hecho de tener tan poca edad no pillé a grandes rasgos el hilo argumental de la peli, desde entonces ya apuntaba maneras a que el cine iba a ser una de mis grandes pasiones. 

Lumiere, la Sra. Potts y Din Don, un trío de secundarios de auténtico lujo

Mi favorito siempre fue Chip (¡un crack!)
El resto, ya fue una absoluta historia de amor, tiempo después la obtuve en VHS y la devoré infinidad de veces y siempre me veía nuevamente enganchado por esa emoción tan especial. Yo creo que la factoría llegó a su más amplio nivel en todos los sentidos, presentó una historia disfrutable para grandes y pequeños, supieron convertir además su visionado en todo un espectáculo, con currados números musicales y canciones imborrables y a su vez transmitir una importante enseñanza moral, cosa que de verdad, constantemente hecho de menos en películas infantiles de hoy en día, que sí, que serán visualmente muy bonitas y estarán realizadas con los métodos digitales más cuquis y modernos existentes, pero que son tan vacías y tan tontas que no consigo encontrarle la infinita valía que poseían estos ya clásicos imperecederos procedentes de esta prodigiosa época para la animación. 

¿Es realmente posible amar a una bestia?

¿Qué esconde la imagen del cuadro?
Y es que, como ya señalé también en mi reseña de "La sirenita", en "La bella y la bestia" se cumple el dificilísimo cometido de que todos los elementos funcionan a la perfección. Los personajes son fascinantes, desde la pareja protagonista; Bella representó nuevamente un estandarte de "princesita" no estúpida, sino con valores y coraje, y la Bestia nos demostró a todos eso de que desde luego "la belleza está en el interior", hasta los secundarios, el candelabro Lumiere, el reloj Din Don, la tetera la Sra. Potts, y (¡mi favorito!) la tazita Chip (¡qué crack!), etc., inclusive el rufián y malvado Gaston (¡qué subormal y retardado es el cabrón!), todos aportan lo suyo para convertir el visionado de "La bella y la bestia" en un disfrute irresistible. 

El marchitar de la rosa encantada no cesa

Si al final resulta que la Bestia es un tío majo y todo
Así mismo, me sigue pareciendo admirable la puesta en escena, el diseño de escenarios, e trazo de los personajes (a veces es que parece que están vivos, ¡leche!; en más de una ocasión se me ha olvidado que son personajes animados); por no hablar de la banda sonora, ¡algo..., llamarla increíble es quedarse corto!, ¡y esas canciones!, de nuevo la musicalización corrió a cargo de Alan Menken, que ya venía de llevarse un Oscar a casa por su trabajo en "La sirenita" y que en esta ocasión de nuevo, se volvió a agenciar otro premio dorado (no sería, el último, pues el señor Menken ha estado ligado a las partituras más deliciosas y admirables de la Disney durante el resto de la década) por su excelentísima labor en este clásico. Decir como curiosidad que "La bella y la bestia" se convirtió en la primera película en obtener una nominación al Oscar en la categoría de mejor película (posteriormente se ha creado una categoría especial en estos premios, a la mejor película animada), cuyo galardón se lo llevó bien fresquito Hannibal, el caníbal, pues la vencedora fue "El silencio de los corderos"

La Navidad parece apaciguar todos los contratiempos

Poco más que añadir, "La bella y la bestia", para mí la obra maestra por excelencia de Disney (y en general del mundo de la animación), una peli de un valor incuestionable, una joya imperecedera, un regalo para los sentidos de grandes y pequeños, este prodigio me ha estado robando el corazón pedacito a pedacito desde hace más de veinte años. Como ya dije en el comentario de "La sirenita", muchas gracias a sus creadores por regalarnos semejante tesoro.

Al final, es totalmente verdad que uno se acaba enamorando de quien menos lo espera

*La película es tan genial que logicamente me es imposible quedarme con un único momento favorito, así que voy a mencionar algunos de lo más memorables y espectaculares...

¡Qué festín!
La entrada de Bella en el Ala Oeste
El ataque de los lobos
El famosísimo y tierno baile de los protagonistas
El descojonante ataque al castillo
¡Guau, esa transformación final!

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