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domingo, 28 de diciembre de 2014

Las vacaciones europeas de una chiflada familia americana (1985) de Amy Heckerling



El ridículo que hay que hacer para ganar un viaje
Tras el éxito de "Las vacaciones de una chiflada familia americana", obviamente no se hizo esperar una secuela en la que volviésemos a ver nuevas y accidentadas peripecias de la familia Griswold durante un nuevo período vacacional. En esta ocasión, esta peculiar y chiflada familia americana abandona su arraigado continente para visitar Europa, tras haber ganado un concurso televisivo (en el que hay que cumplir el requisito de hacer el mayor ridículo posible, ¡qué risa verlos vestidos de cerditos, madre!). Total que los Griswold hacen las maletas y sus nuevos destinos serán Reino Unido, Alemania, Francia e Italia; se ve que de España siempre se olvidan estos yankis, bueno por un lado hay que decir que mejor, porque seguramente de haber "visitado" nuestro país habríamos visto a los Griswold en medio de una bochornosa corrida de toros, o quizás les habrían plantado con todo descaro algún que otro sombrero de mariachis, por eso de que suelen cometer el abundante error de encasillarnos en el estereotipo mexicano (en fin, hilan fino a la hora de documentarse en muchas ocasiones). 

Los Griswold vuelven a la carga (los hijos han cambiado de rostro)

Este camarero francés es todo un cachondo
A lo que vamos, pues nada, la familia protagonista nuevamente se verá envuelta en un sin fin de catastróficas aventuras que corroborará definitivamente eso de que no tienen suerte a la hora de escoger sus respectivos destinos vacacionales. Decir que, en lo personal, a pesar de que a grandes rasgos "Las vacaciones europeas de una chiflada familia americana" (por Dios, hay que tener aire en los pulmones para soltar el título castellano de un tirón) cumple con su cometido de entretener y resultar puntualmente simpática y divertida, la considero ciertamente inferior a su predecesora. Si ya la original tenía ciertos toques de humor algo mundanos, ésta todavía más. El film hace gala de determinantes momentos en los que se usa con cierta audacia la ironía y la parodia, pero se ve algo más desencantado que la primera peli, más rancio y menos memorable (ya de por sí que la primera no es que tampoco merezca la catalogación de culto). Para mí un error garrafal se encuentra en el casting

Lo del fetichismo de la ducha ya es maniático en esta familia

El nene no pierde el tiempo con esta alemanona
Si bien es cierto que la presencia de Chevy Chase y Beverly D'Angelo repitiendo sus papeles de padres de familia, de manera acertada cada uno en su respectivo rol, la cagaron bastante cambiando los actores que hacen de los hijos. Así vemos como Anthony Michael Hall quien hacía del hijo varón del matrimonio, es sustituido por Jason Lively (prota de la genial "El terror llama a su puerta"), que para mí posee menos carisma, y Dana Barron (la hija en la original) por Dana Hill (lástima de chica, la pobre murió en 1996 con 32 años). Aunque lo que más descoloca no sólo es el cambio de rostro de estos personajes, sino que encima les modifican hasta la forma de ser y la personalidad (sobre todo a la chica, que pasa de ser avispada y un tanto rebelde a una mojigata y tontuna enamoradiza). 

Aparición de Eric Idle, ex miembro de los míticos Monty Python

En resumidas cuentas, tampoco hay que ser muy severa a la hora de juzgarla, la película es lo que es, sirve para echarle algún que otro visionado, distraerse y se acabó, digamos que cumple con la función para la que fue realizada. Eso sí, el paso del tiempo (al igual que al resto de las aventuras de los Griswold) no le ha sentado demasiado bien y la ha vuelto aún más mundana de lo que ya de por sí, era años atrás. Lo mejor de todo es que se mantiene en la banda sonora la pegadiza canción ''HOLIDAY ROAD''.
 
Que no, que los Griswold nunca tienen unas vacaciones tranquilas

*MI MOMENTO FAVORITO: me hace mucha gracia ese gag final, en el que mientras los Griswold están volviendo ya a Estados Unidos, el avión en el que van, como resultado de la mala suerte que desprende dicha familia, acaba golpeando la antorcha de la Estatua de la Libertad, la cual echa un cagamento contra los propios Griswold. 

''¡Vaya por Dios, ya regresaron los Griswold!''

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