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lunes, 22 de diciembre de 2014

Navidades mágicas (1985) de Philip Borsos



La prota, Ginny (Mary Steenburgen) con sus hijos
Aunque parezca mentira, porque ya llevamos como un mes o así viendo luces navideñas por todas partes, oficialmente hoy ha comenzado la Navidad, una época del año mágica para muchos y triste y deprimente para otros, con toda lógica ambos casos. Yo siempre he adorado los films familiares navideños, suelen ser muy entrañables y emotivos, por eso me esperaba algo ese toque tan característico ciertamente sensiblero, además teniendo en cuenta de que esta peli canadiense venía amparada y distribuida por la Disney. Pero, la verdad es que esta "Navidades mágicas" me pareció una castaña. Vale, tiene una historia a priori bonita, nos presenta el típico redescubrimiento de la felicidad por parte de una atareada madre (Mary Steenburgen), en fechas navideñas, gracias a la aparición del ángel de la guarda, llamado Gideon (Harry Dean Stanton) de su hija pequeña (Elisabeth Harnois). 

Gideon (Harry Dean Stanton), el ángel de la guarda de Abbie, la hijita de Ginny

Abbie (Elisabeth Harnois) con Papá Noel
Vale, el film hace gala de todos los elementos característicos de la época navideña, su nieve, sus villancicos, la fe de los infantes por el llamado espíritu de la Navidad, sale hasta Papá Noel por ahí incluso; esto está muy bien, como producto de consumo para estas fechas exactas está la mar de acertado, pero no sé, a mi me pareció muy flojete y lo peor de todo, un poco aburrido. Le falta garra, pasión, emotividad; en un film de este estilo no está de más abusar un poco de la sensiblería, al fin y al cabo de eso se caracteriza la propia Navidad (aparte de para potenciar el consumo masivo de la peña). Dejando aparte que se trata de un pastel de indudable factura televisiva, es que todo en general es bastante pobre, hasta las interpretaciones son frías y rancias, quizás el casting no fue el más indicado, o que pillaron a los actores con desgana, pero en ningún momento viendo la peli me sentí contagiado de ese espíritu navideño que deberían de transmitir. En resumidas cuentas, la película no me cuajó, es pueril en prácticamente todos sus aspectos, vale que no estábamos reclamando una obra maestra, pero algo más de gracia creo que no era pedir demasiado. Como curiosidad podría destacarse que fue el debut de una jovencísima Sarah Polley y poco más, resulta un árbol muy pobremente adornado y más tristemente iluminado (igual si la hubiese visto con menos edad, me hubiese gustado algo más).

Una jovencísima debutante Sarah Polley

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