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viernes, 23 de enero de 2015

Doce del patíbulo (1967) de Robert Aldrich



El Mayor Reisman (Lee Marvin)
Hay un aspecto en esta película que me cabrea profundamente, el porqué lo explicaré de forma clara y tajante. Es cierto que estamos ante una de esos títulos aclamados, desde siempre, por los críticos, aclamado como una obra maestra del Séptimo Arte y como una de las películas bélicas más famosas y ostentosas. Dirige todo un maestro, Robert Aldrich (experto a la hora de incluir escenas impactantes en sus fims, directas y violentas), y posee un numeroso reparto de auténtico lujo, repleto de geniales actores (véase Lee Marvin, Ernest Borgnine, Charles Bronson, Telly Savallas, John Cassavetes, Donald Sutherland, George Kennedy, etc.) a la par de una maravillosa realización desde el punto de vista visual y técnico. De acuerdo. Ahora bien, esta historia tan aclamada por todo Dios como algo excepcional, posee una lectura muy incómoda que a mí, personalmente me horrorizó, y me resulta curioso que entre tanto curtido experto en cine tan finolis, no haya saltado una opinión con cierto criterio que haya puesto los puntos sobre las íes. 

¡A reclutar se ha dicho!

El general Worden (Ernest Borgnine)
El argumento nos cuenta como un comandante estadounidense (Lee Marvin) debe liderar una misión suicida durante la Segunda Guerra Mundial. Al tipo se le encarga eliminar de la faz de la Tierra a un puñado de nazis (entre ellos, mandamases del Tercer Reich) afincados en un castillo, que les sirve como fortaleza a éstos. Sus colaboradores no serán otros que doce peligrosos presidiarios, que esperan la pena de muerte, a los que se les adiestrará y prometerá un indulto, si es que consiguen llegar con vida de la misión (cosa que a priori se ve muy complicada). Como de todos modos, los presos tienen poco que perder, acabarán convirtiéndose en un preparado comando exterminador encantado de ir a hacer volar en pedazos alemanes. Bien, pues tengo que decir que hay dos aspectos del film que repelo. El primero es que está horrorosamente estructurado, a consecuencia de lo cual se acaba transformando en un ladrillo aburridísimo. La peli tiene una duración de dos horas y media, de las cuales la parte verdaderamente interesante (la que posee las escenas de acción potentes, por así decirlo), se ven reducidas bochornosamente a un discreto tercio final. El 75% del metraje está reservado al ''entrenamiento'' de los presos de turno, lo cual acaba cansando mucho y colmando la paciencia del espectador, desde mi punto de vista. 

Los doce del patíbulo

El Mayor Max Ambruster (George Kennedy)
Durante ese tramo, en la película abundan tiempos muertos, estupideces por doquier poco interesantes y muchas soplapolleces que podrían perfectamente haber sido omitidas para haber dejado que la acción fuese un poco más directa, en palabras más finas, hacer uso de la elipsis temporal, que bien necesaria es en muchos casos. Y el segundo aspecto es esa repugnante apología de la violencia justificada con la excusa de estar enclaustrada en un marco bélico. Para mí ''Doce del patíbulo'' aplaude de forma bastante sonrojante como son los crímenes de guerra. ¿Por qué digo esto? Echar un vistazo al asalto final, en el que los ''héroes'' exterminan a los nazis. Ok, estamos de acuerdo que los nazis eran malísimos (¿quién podría discutir esto?), pero es que el método de poner en práctica el plan exterminador por parte del comando americano es bastante poco ético. En dicho enfrentamiento vemos como encierran en una especie de búnker a un puñado de personas, entre ellas civiles (hombres y mujeres), a los que también aniquilan sin miramientos, algo que me ha parecido bastante reprobable, y la consecuencia de todo esto es que los perpetradores de este atentado ''ético'' acaban siendo proclamados, pues eso, unos héroes. 

Duro entrenamiento

Vale, de acuerdo, la guerra era horrible, las bajas civiles era algo arraigado y el film recoge un acontecimiento de (casi) segura (más que casi) realidad; pero no hubiese estado mal haber aplicado un poco de crítica y no alabanzas a este tipo de actos tan atroces (y me da igual del bando del que fuesen cometidos). Ante un espectáculo como éste, pues lógicamente no puedo decir que para mí “Doce del patíbulo” sea un film que haya disfrutado y mucho menos, que comulgue con su mensaje; para que luego se pongan a criticar, los sensibleros de turno, otro tipo de películas tachadas de ''políticamente incorrectas''.
 
Preparados para el ataque

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