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domingo, 15 de febrero de 2015

Esa cosa llamada amor (1993) de Peter Bogdanovich



El prota, James Wright (River Phoenix, en su última película)
R.I.P. (1970 - 1993)
El antaño reputadísimo director Peter Bogdanovich, fue perdiendo fuelle con el paso de los años y acabó realizando patatas flojuchas como ésta que nos ocupa. ''Esa cosa llamada amor'' es un pastel romanticón con el tema de la música country de telón de fondo y en lo personal que no caso ni con las historias de amor, y mucho menos con el estilo country, pues la verdad la peli se me hizo bastante difícil de tragar, algo que ya me esperaba a grandes rasgos antes de ver el propio film. Pero bueno, como soy partidario de no prejuzgar hasta ver el material, pues me animé una tarde y le eché un vistazo, a ver qué podía rescatar de este entuerto. Si me llamaba algo la atención de la película es que por un lado fue el último trabajo del malogrado River Phoenix, actor (icono juvenil de los ochenta) que siempre me ha gustado mucho, el cual acabó sus días siendo víctima de una sobredosis yéndose al otro barrio con tan sólo 23 años, y por otro porque supuso uno de los primeros papeles ciertamente relevantes de mi admirada Sandra Bullock (¡qué paradoja, comienzo de una trayectoria,  final de otra!). 

La joven Miranda Presley (Samantha Mathis) quiere ser una estrella country

James y Miranda comienzan a tener muy buen rollito
Y bueno, aunque dichas presencias se me hacen gratas (aunque desgraciadamente Sandra Bullock salga más bien poquito), no supuso esto suficiente ''estimulante'' como para que el film se me hiciese atractivo en ningún momento. La peli viene a contar la historia de cuatro chavalucos que se reúnen en un bar donde se hacen pruebas para ser estrella de la música country, y se viene a producir la típica reflexión del difícil camino a la fama y lo que esto supone, en el trayecto produciéndose el inevitable enamoramiento del guapete de River Phoenix y la rubita Samantha Mathis, lo que conllevará pues lo típico de siempre, encontronazos románticos, desacuerdos emocionales, rupturas, posteriores reconciliaciones, etc. Vamos, los ingredientes de siempre para componer el ''pastel'' de siempre, mejunje idóneo para peña que comulgue con insulsas historietitas de amor que sabemos de sobra que van a acabar bien. Adornado todo (como ya he señalado) con el rollo del country (sólo faltaba Dolly Parton pasando por ahí), pues la cosa acabó pasando ante mis ojos como una matraca que cuesta digerir. Pero bueno, por ver a Sandra Bullock valió la pena el sacrificio.

La adorable Sandra Bullock en uno de sus primeros papeles relevantes

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