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martes, 3 de marzo de 2015

Terroríficamente muertos (1987) de Sam Raimi



Ash (Bruce Campbell) vuelve a estar metido en líos con demonios
Vendida como una secuela de ''Posesión infernal'', este film bautizado en España como ''Terroríficamente muertos'' (¡manda narices, de verdad!) es en realidad una especie de remake encubierto de la propia peli antes mencionada, pero muy desproporcionada e inundada de incesante humor negro. Nunca me he declarado un fan incondicional de la original ''Posesión infernal'', pero reconozco sus méritos y me parece un grandísimo clásico, excelentemente ambientado y rodado y que por momentos, sigue resultando escalofriante. Sin embargo y, a pesar del culto que la rodea, ''Terroríficamente muertos'' realmente nunca ha sido santo de mi devoción, por la peculiaridad de que, desde mi punto de vista, aniquila y masacra el espíritu de su antecesora. 

Lo que ha tenido que ver ese sótano

La pesadilla de un dentista
De nuevo Sam Raimi vuelve a ponerse tras la cámara y coloca ante ella a Bruce Campbell de prota, repitiendo su rol de Ash, el cual volverá a enfrentarse a los fieros demonios/zombies habitantes de la puñetera cabaña en el bosque, a la que ha asistido para pasar un fin de semana tranquilo. Y aunque ''Terroríficamente muertos'' presenta una realización la mar de correcta, momentos muy buenos (sin ir más lejos el de la mano del prota con autonomía propia, una escena de lo más simpática) y unos efectos especiales absolutamente impresionantes, como ya señalé, elimina todo posible componente aterrador de su predecesora en pro de un festival de humor descacharrante que, en mi opinión, tiene demasiado peso en la historia y eso acaba resultando algo chirriante. 

Una mano con autonomía propia

¡Toda una cabeza loca!
En ciertas ocasiones creo que la peli se pasa de cachonda y que roza lo estúpido, como película a medio camino entre film de terror fantástico y comedia, creo que es un fracaso, pues la sátira y la parodia exagerada de la original ''Posesión infernal'' toman protagonismo convirtiendo todo en un carnaval un tanto absurdo (no hay más que ver el final, para mí una apología de la mñas soberana gilipollez), unos ejemplos más conseguidos de esta combinación vendrían a ser ''Noche de miedo'' o ''House, una casa alucinante'', films en los que está presente cierto humor, pero que nunca anula el componente ''serio'' y ''aterrador''. En resumidas cuentas, ''Terroríficamente muertos'' acaba resultando una bufonesca caricatura de la inifinitamente superior ''Posesión infernal'', lo cual desde mi punto de vista, supone un mayor lastre que un acierto; eso sí, sin desmerecer sus virtudes (sobre todo a nivel técnico, en cuyo apartado, lógicamente, supera a su antecesora).

¡Acojonaditos vivos!

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