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viernes, 29 de mayo de 2015

Capitanes intrépidos (1937) de Victor Fleming



El niño protagonista, Harvey (Freddie Bartholomew)
con su papi ricachón Mr. Cheyne (Melvyn Douglas)
¡Un clásico delicioso y entrañable!, aquí una historia preciosa de amistad realizada con maestría por Victor Fleming, posterior director de las magnas ''El mago de Oz'' y ''Lo que el viento se llevó''. ''Capitanes intrépidos'' es una historia llena de enseñanza y lecciones morales ejemplares, la historia de un niñato repelente (Freddie Bartholomew), hijito de un ricachón que viaja con su papi en un crucero de lujo, ¡cómo no! Este mequetrefe tiene la mala suerte de caerse por la borda y afortunadamente para su pellejo, acaba siendo rescatado por un barquito de pescadores, que naturalmente, se encuentran en plena y ajetreada época de pesca. El niño al principio no cesará de dar por culo, pues la vida en el barquito (exenta de comodidades), no es igual que la vidorra que se pegaba junto a papi, pero claro, como los pescadores no pueden abandonar su faena antes de devolverlo a tierra, el muchacho al final se acabará adaptando al durísimo día a día de estos intrépidos capitanes. 

Harvey entablará una relación muy especial con el pescador Manuel (Spencer Tracy)

Aquí la estrella juvenil del momento, Mickey Rooney
No sólo eso, el niño acabarán haciendo excelentes migas con uno de los pescadores, Manuel (genial y sobrecogedor Spencer Tracy, que se llevó un merecidísimo Oscar por esta interpretación, al año siguiente volvería a ganarlo con ''Forja de hombres''), un tipo solitario cuya relación entre ambos acabará siendo casi casi similar a la de un padre y un hijo (damos por sentado que el padre y el hijo se llevan estupendamente, ¿vale?). Juntos vivirán un sin fin de aventuras, algunas más afortunadas y otras, por desgracia mucho menos, configurando un magnífico relato lleno de emoción y sentimientos. El film, lo vi hace años, siendo niño y me encantó, he vuelto a verlo ya siendo un poco más mayor y puedo decir que su capacidad de cautivar permanece intacta, lo mejor de todo es la increíble moraleja que nos presenta, en resumidas cuentas el niñato consentido no descubrirá la verdadera felicidad hasta que se ve despojado de todas las mierdas materiales y caprichos que le rodeaban y entra en contacto con alguien humilde y campechano, a quien acabará queriendo más que nadie en el mundo, en unas situaciones que distanciaban mucho su ostentosa vida anterior. 

La tripulación de pescadores al completo

A destacar aparte de la excelente puesta en escena y demás parafernalias técnicas, la presencia de la estrellita juvenil del momento, Mickey Rooney en un papelito secundario, y la labor del pequeño protagonista que, amén de la magnificencia de Spencer Tracy, también resulta de lo más loable e intensa. En resumidas cuentas, me parece un clásico prodigioso y una auténtica joya del Séptimo Arte digna de seguir rememorando a pesar de la cantidad de años que carga a cuestas.

Harvey y Manuel se convierten en inseparables

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