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sábado, 9 de mayo de 2015

Los cazafantasmas 2 (1989) de Ivan Reitman


 
Un asqueroso río de mocos canaliza la
maldad de la ciudad de Nueva York
En 1984 ''Los cazafantasmas'' había sido todo un exitazo (de hecho, fue una de las pelis más taquilleras del propio año), así que la aparición de una secuela estaba cantado. Es curioso, porque en una gran mayoría de sitios he comprobado como este film es habitualmente puesto a parir siendo tachado como muy inferior a su antecesora. De acuerdo, la primera peli es todo un gran clásico de fantasía y humor y la secuela no llega precisamente a igualarlo, pero con franqueza, no me parece mala como continuación al uso. Podemos ver como cada uno de los personajes de la original ha seguido su vida por separado ya que, precisamente, el éxito no estuvo de su parte a pesar de que habían sido los responsables de la salvación de la humanidad al final del primer film. No obstante, una vez más deberán retomar sus antiguos equipos y salir a la calle para combatir una peligrosa amenaza sobrenatural que se cierne nuevamente sobre nuestro mundo. 

Los cazafantasmas vuelven a la carga

Dana Barrett (Sigourney Weaver) con su bebé Oscar
En esta ocasión el mal está focalizado en el interior del cuadro de un brujo medieval, el cual se encuentra en un museo, debajo del que se encuentra concentrado un asqueroso río de mocos (¡sí de mocos!) subterráneo que transportan la suficiente energía maligna para causar todo tipo de estragos. El cuadro en sí, no sólo es una representación pictórica del perverso brujo, también contiene el alma diabólica de éste, y los mocos le van a aportar la suficiente fuerza como para regresar a la vida y empezar a joder a la humanidad. Será entonces cuando los cazafantasmas tengan que tomar cartas en el asunto e intentar detenerlo. De esta secuela me moló principalmente, el regreso del casting original; Bill Murray, Dan Aykroyd, Rick Moranis, Sigourney Weaver, todos retoman sus respectivos roles de manera loable y acertada. Así mismo también repite el mismo equipo técnico de la antecesora, lo cual se nota para bien, pues desde el punto de vista visual no le tiene nada que envidiar a la misma. 

El Titanic atracando años después de su naufragio

El malvado Vigo cobra vida a través de un cuadro
En lo personal considero que como secuela me parece de lo más acertada, no estoy de acuerdo con aquéllos que la ponen a parir y repiten la premisa de que no contiene ninguna escena memorable (a mí por ejemplo, me moló bastante la que viajan dentro de la Estatua de la Libertad, o esa otra en la que el abrigo de piel que porta una señoritinga, cobra vida de forma un tanto agresiva). De acuerdo, flojea un tanto si hacemos la pertinentes comparaciones con la primera, la cual es más divertida, posee un guión más sólido y en resumidas cuentas, fue la novedad, lo cual no quita que uno no pueda disfrutar lo suyo con esta segunda parte, divertirse y en líneas generales, entretenerse. 

El abrigo viviente

El film fue un éxito de taquilla, pero por lo visto, hubo varias redecillas y malos rollos dentro de los miembros del equipo y la opinión crítica no fue demasiado amable con ella, lo cual conllevó a que (hasta el momento) nunca volviese a ver la luz unas nuevas aventuras de los cazafantasmas, a pesar de la existencia de un rumor que planteaba la realización de una tercera parte (ya creo que algo difícil, al menos a la hora de volver a juntar al reparto original, tras la muerte de Harold Ramis), ésta nunca se materializó. Recemos para que no llegue el día que los cazafantasmas reaparezcan en forma de un apestoso remake (algo que no me extrañaría en absoluto) capitaneado por Michael Bay o alguien por el estilo. 

De paseo en la Estatua de la Libertad

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