Powered By Blogger

sábado, 4 de julio de 2015

Drácula y las mellizas (1971) de John Hough



Las gemelas (no mellizas) Maria y Frieda Gellhorn
(las hermanas Playboy Madeleine y Mary Collinson)
Este film supuso el cierre de la denominada ''trilogía Karnstein'' (inspirada en el relato ''Carmilla'' de Sheridan Le Fanu) llevada a cabo por la Hammer, compuesta por ''Las amantes del vampiro'' y ''Lujuria para un vampiro''. ''Drácula y las mellizas'' es, aparte del ejemplo de la putísima mierda de trabajo que hacían los jodidos traductores españoles, porque lo primero no aparece Drácula por ninguna parte, y lo segundo no hay mellizas (en realidad son dos gemelas) -el título tal cual vendría a ser ''Las gemelas del mal''-, otro de esos clarísimos ejemplos de la inevitable decadencia de los trabajos de la productora entrada la década de los setenta. Esta peliculilla pretendía seguir arrastrando peña al cine, con el pretexto de ofrecer carnaza, o sea tetitas, olvidando de pleno el buen saber hacer de trabajos pasados de la compañía. Sí bien en cierto que ''Drácula y las mellizas'' está bastante bien hecha desde el punto de vista audiovisual, la fotografía está muy cuidada y la ambientación y dirección artística resultan muy correctas, sin embargo el argumento es aparte de mundano, muy repetitivo y muy banal. 

El ultra puritano Gustav Weil (Peter Cushing)

El diabólico conde Karnstein (Damien Thomas)
A ver, yo tengo que reconocer que ésta fue una de las pelis Hammer que vi ya pasada la adolescencia, la mayoría de los films de la productora los vi durante mi niñez, así que en cierto sentido me pareció ya un refrito excesivo de todo lo visto anteriormente, llegando incluso a aburrirme y por lo tanto haciendo que el lado nostálgico de épocas pasadas de viese disipado, en resumidas cuentas que hizo un efecto menos llamativo. Aparte el cómo trata el tema del vampirismo se me hizo un tanto extraño. La cuestión es que el film funciona más como una especie de crítica hacia los procesos de caza de brujas inquisitoriales, que como uno de vampiros en sí. El porqué digo esto es debido a que el supuesto ''héroe'' del film, es un asqueante tipejo nada majete, atrás quedó el bonachón Van Helsing, ahora es sustituido por un anciano repelente (curiosamente también interpretado por Peter Cushing), que es el líder de una secta que quema en la hoguera, sin previo juicio justo, a toda aquella persona que resulta acusada de brujería. 

Una de las gemelas enseñando tetámen

¡Aquí hay mucho vicio!
Por otro lado se encuentra el conde Karnstein (Damien Thomas), un vampiro tocapelotas que irá tras las dos sobrinitas del puritanísimo vejete cazador de brujas, dos gemelitas de muy buen ver, una más recatadita y la otra un putón verbenero. Éstas dos en cuestión, eran las hermanas (gemelas claro) Madeleine y Mary Collinson (la primera fallecida en 2014), las cuales fueron bastante populares tras ser chicas Playboy, y que fueron utilizadas como reclamo (especialmente sus senos) para atraer público interesado en la película. Es curioso porque ''Drácula y las mellizas'' no es la pieza calenturienta y guarrindonguilla que prometía ser en principio, es más tiene pocos desnudos y poco erotismo (con decir que es la menos subidita de tono de la ''trilogía Karnstein'' hammeriana digo bastante). En lo personal, me pareció una peli floja, muy floja y muy poco interesante. 

Aquí quemando a una pobre acusada de ser bruja

No llega a ser tan nauseabunda como las mierdas de ''Drácula 73'' o ''Los ritos satánicos de Drácula'', pero sí me parece que con justicia merece ser considerada una de las obras más menores de la Hammer, ésas que contribuyeron a hundirla en la roña y sepultar su, en antaño, magna productividad. Dirige este truñete, John Hough quien sería responsable dos años después de esa puta mierda disfrazada de film de culto que es ''La leyenda de la casa del infierno'', amén de otras basuras posteriores que llegó a ofrecer, como la cochambra de ''Aullidos 4''.

Por el poder de la santa cruz

No hay comentarios:

Publicar un comentario