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lunes, 20 de octubre de 2014

Que el cielo la juzgue (1945) de John M. Stahl



Richard (Cornel Wilde) y Ellen (Gene Tierney) se conocen...
Cuando uno consulta una guía experimentada de cine o revisa por Internet las obras consideradas de manera generalizada por la crítica, más dignas de reconocimiento en la Historia, siempre te encuentras con que todo quisqui señala las mismas, que si "Ciudadano Kane", que si una cualquiera de Fellini, que si otro ladrillazo de Bergman, que si "2001, una odisea en el espacio", patatín y patatán. ¡Qué aburridos son, madre! En cambio parece que ignoran otras muchas joyas que permanecen mayoritariamente obsoletas a oídos del gran público y que no gozan del reconocimiento que se merecen. Aquí el caso. "Que el cielo la juzgue" me pareció una prodigiosa obra maestra, un melodrama fascinante, elegantemente rodado y magníficamente interpretado. Una historia de celos enfermizos que pueden llegar a resultar mortales de necesidad. La peli arranca como una cándida y típica historietita de amor entre dos personajes, un escritor de renombre Richard (Cornel Wilde) y Ellen (la cautivadora y bellísima Gene Tierney). Ambos se conocen y se produce un flechazo casi momentáneo, de tal magnitud que acaban casándose. 

...se enamoran y se casan

Todo parece muy bonito...
La suerte parece sonreirles, comparten su vida juntos en una tranquila casita en el lago, son felices y se complementan a la perfección el uno al otro, hasta que el tiempo va pasando. Richard no tardará en percatarse de lo extremadamente celosa y posesiva que es Ellen, pero lo que nunca sosprechará es hasta qué punto, su comportamiento puede llegar a ser peligroso. Ellen acaba delatándose como una hija de la gran puta, así de claro, una mujer malévola que está dispuesta a todo porque nadie perturbe su bienestar con su marido, al que quiere única y exclusivamente para ella sola. Todo personaje que se interponga en su relación (o que simplemente ella sospeche que representa una amenaza), no tendrá un buen final en manos de esta locuela femme fatale. En mi opinión estamos ante una obra maestra a la que inmerecidamente, como ya he dicho, se han ensombrecido sus virtudes de cara a la galería. Recuerdo que la vi un día, de casualidad, cuando la emitían en un canal del Telecable llamado Cinematk en el que emitían muchas pelis clásicas y la verdad, agradezco mucho esta casualidad porque ello me posibilitó tener conciencia de la existencia de esta gran obra.

...pero Ellen es un monstruo cojonudo
 
Aquí tenemos al gran Vincent Price como secundario de lujo
Destacar múltiples aspectos del film, como por ejemplo la labor artística, de la cual lo más llamativo es su preciosista fotografía en color (galardonada con un Oscar), un guión sencillito pero muy correcto a la hora de abordar las cuestiones psicológicas de sus personajes y hacernos partícipes del drama y la intriga presentes en la historiay unas interpretaciones entre las que, por supuesto, prima la figura de Gene Tierney, haciendo todo un papelón (por el cual, obtuvo una nominación al Oscar a la mejor actriz). Mencionar como curiosidad, la participación un tanto escueta pero precisa y majestuosa, del mismísimo Vincent Price (¡qué porte, qué elegante era este señor!) antes todavía de haberse hecho un hueco en la historia como icono del cine de terror. En conjunto tenemos un film que se me hace de visionado imprescindible, uno de los mejores melodramas (del porronazo que existen) de los años cuarenta y visto lo visto, una de las películas clásicas más infravaloradas y lamentablemente olvidadas, acorde a su indudable calidad. Todo aquél que se considere adorador del cine clásico, pasará un momento delicioso visionando esta magna pieza del Séptimo Arte, así que le animo a que se haga con ella (del modo que sea), ¡no se arrepentirá!

Richard con su hermanito inválido Danny (Darryl Hickman)

*MI MOMENTO FAVORITO: uno de los más desoladores y dramáticos del film es ése en el que Ellen (Gene Tierney) permanece fría como el hielo, mientras permite que pobre Danny (Darryl Hickman) se ahogue en el lago. 

Ellen a punto de dar muestras de lo grandísima hija de puta que es

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