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domingo, 5 de octubre de 2014

Saw 2 (2005) de Darren Lynn Bousman



Jigsaw a cara descubierta (Tobin Bell) sigue con sus jueguecitos
Ya lo decía el personaje de Randy en "Scream 2", en el cine de terror para que una secuela sea buena debe cumplir ciertos requisitos; ir al grano, ofrecer más dosis de truculencia, más violencia, más sangre, más cadáveres, etc. Pues bueno, de lleno puedo decir que esta "Saw 2" cumple con cada uno de esos requisitos a raja tabla, como tiene que ser. Tras el apoteósico éxito de la primera "Saw", la secuela pues, como está mandado, no se hizo esperar y llegó de manera bastante atropellada al año siguiente de la original (tomando el testigo equivalente al siglo XXI, de la estela dejada años atrás por sagas como "Viernes 13" o "Pesadilla en Elm Street"). La verdad es que me gustó más que la primera, desmantelado el cierto "factor sorpresa" de su antecesora, "Saw 2" ofrece (como marca la norma) una mayor truculencia en las escenas violentas, que aplastan lo descafeinada y light que resultaba la ñoña primera parte. 

Los "jugadores" escogidos por Jigsaw

Los polis como siempre, unos auténticos panolis
Tiene un guión más bueno y mejor resuelto, tiene personajes más interesantes y carece de ridículas tramas secundarias que entorpezcan la acción principal (cosa que lastraba mucho a su parte precedente). Al haber mayor número de personajes, es más amena, más entretenida y más dinámica. La ambientación está también mejor conseguida y lo mejor de todo es que cuenta con maquillajes muy notables y que logran ese golpe de impacto buscado. Sí que la trama muchas veces (en la línea de la saga) llega a ser confusa, inconexa e ilógica (sobre todo en esos momentos en los que el asesino -ya a cara descubierta- jodidísimo y moribundo se cachondea literalmente de los polis -que pecan de ser excesivamente panolis nuevamente-, que no se lo cree nadie) a consecuencia de tal nivel de enresevamiento que quieren meter en tan poco contenido. Pero bueno, al menos instauró la fórmula que haría tan popular a sobrevalorada "Saw", encumbrada por los más sabiondillos con la excusa de que tiene un guión original e inteligente, para disimular lo que realmente hace atractiva a esta repulsiva saga: su truculencia, su gore, su asquerosidad, su nauseabunda forma de ver morir a la gente, su espectáculo de tripas y casquería,... 

¡Qué grima!, ¡jeringuillazos al canto!

Dolorosas trampas mortales
Que nadie diga lo contrario, hay películas con historias mucho mejores (y más originales) que no se habla de ellas ni se destaca su prodigioso efecto enganche que logra gracias a su acertado ritmo desde el punto de vista argumental, pero "Saw" tiene éxito por mostrar una carnicería repulsiva que satisface el morbo de la gente que dice que le gusta porque tiene "una historia inteligente"; sí sí..., digan lo que digan, que la sangre y el morbo llama, es bueno que así matemos la parte psicótica y un tanto enfermiza que todos alojamos en nuestras cabecitas (que una sobredosis de adrenalina mortífera -ficticia, siempre- nunca viene del todo mal). En definitiva, secuela más eficaz que la primera por aumentar sus dosis de hemogoblina, con un final bastante regulero (muy en la línea también del resto de la saga) y para mí poco sorpreviso (digan lo que digan), pero con más tensión y emoción. No es genial, pero es disfrutable al menos.

Muerte copiada de "Terror en la ópera" de Dario Argento

*MI MOMENTO FAVORITO: la escena que abre el film, ésa en la que Jigsaw obliga a uno pobre desgraciado (Noam Jenkins) a rajarse un ojo con un visturí para conseguir la llave que abre la máscara mortal que porta, alojada en su globo ocular. Muy bestia y muy inverosímil, pero tan grotesca, que mola.

¡Corta rápido...  o muere!

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