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martes, 26 de mayo de 2015

Poltergeist (2015) de Gil Kenan



La familia Bowen
¡Madre mía, casi me sangran los ojos! No hay manera, aquí la notoria mediocre peña que se dedica al Séptimo Arte en la actualidad sigue bombardeando las taquillas con mediocres remakes de joyitas retros que lo petaron en su momento. Y si de por sí ya duele ver un remake mediocre, aún duele más cuando este remake es el de un clásico tan grande y memorable como ''Poltergeist'', magna obra del género donde se precie. Este tipo de sacrilegio debería (vale, metafóricamente lo digo, pero casi) suponer un delito, rehacer un film como ''Poltergeist'', peli que no ha envejecido para nada mal (porque ni en efectos especiales -por mucha mierda digital moderna que haya aquí- logra desbancarle su arraigada personalidad) y que es (y esto era obvio) inigualable en todos los aspectos, debería de equivaler a una buena multa a cada rufián que participó en su realización, como mínimo. Cierto es que, era de esperar, que este remake (ya viendo su trailer) no prometía nada bueno, y ya no digamos, ofrecer un espectáculo equiparable a la grandiosa peli original, pero es que lo que verdaderamente duele, es que uno mismo que ya partía con unas expectativas bajas, no viese ni cumplimentadas unos mínimos requisitos que toda película de terror (ya sea remake o no) debería conllevar tajantemente. 

La pequeña Madison ''Carol Anne'' Bowen (Kennedi Clements)

Los papis, Eric y Amy (los rancios Sam
Rockwell y Rosemary DeWitt)
Este remake es la cosa más rancia, más falta de garbo, más insustancial y más estrepitosamente calamitosa que se pueda uno encontrar. En sí casi todo lo que es mostrado en pantalla es un desastre de tomo y lomo. Lo primero que jode el entuerto es un casting horroroso, de verdad, insufrible. Un elemento que hacía funcionar a la original era precisamente la cojonuda elección de los actores y cómo éstos se dejaron la piel en hacer creíbles sus personajes, lo cual a su vez, conllevó a que la trama de la peli de 1982 se fundamentase en el drama de la familia protagonista (creíble gracias al portento actoral) que viven la tragedia de perder a su hijita pequeña porque unos fantasmas tocapelotas la retienen en una dimensión ancestral. Vale, pues en este remake este detalle está eliminado de raíz, los papis de turno se toman a cachondeo el secuestro sobrenatural de su hijita, el padre incluso se pasa la peli haciendo bromitas sin ninguna gracia y a la mami le cuesta un triunfo derramar una simple lagrimita, o sea, que del drama tenso y rompedor que convertía a la original en un vehículo tan emotivo, aquí no hay ni rastro, por lo tanto en ningún momento se puede tomar en serio la trama (a pesar de copiar el esquema de su antecesora). 

El insufrible hijito de los Bowen, Griffin (Kyle Catlett)

La petarda hija adolescente, Kendra (Shaxon Sharbino)
La pareja que interpreta a los padres de la familia, Sam Rockwell y Rosemarie DeWitt carecen de química (nada que ver con JoBeth Williams y Craig T. Nelson), algo lamentable, pero más lamentable es aún más la presencia de sus dos insoportables hijos mayores (y digo hijos mayores, porque voy a dejar a un lado a la pequeña y joven ''estrella'' del film), la nena adolescente (Shaxon Sharbino) es asqueante, la pava se pasa toda la puta peli protestando porque no le funciona el puto móvil, ¡así cualquiera se toma en serio que le preocupa la posibilidad de que unos fantasmas la puedan llegar a damnificar! Pero aún peor es el nene de los cojones (Kyle Catlett), quien para colmo, en este remake, lo convierten casi en el protagonista principal, es más, en ocasiones tiene hasta más luces que los personajes adultos (que tiene narices la cosa), además el bichejo éste se pasa toda la película poniendo caras de flipado nada convincentes y todo el rato dan ganas de que lo estampen contra una condenada pared. 

''Están aquí''

La lerda parapsicóloga, Brooke Powell (Jane Adams)
Pero aquí no acaba el desastre, los miembros del equipo de parapsicólogos también resultan condenadamente insufribles, en especial la resabidilla Jane Adams (¡un horror de interpretación), como petarda experta que da la sensación que no tiene ni puta idea de lo que es el tan peligroso poltergeist al que va a ayudar a erradicar. Y la guinda del pastel (¡y una de las cagadas más llamativas de este remake), el brutote pseudo-exorcista interpretado por Jared Harris, el cual sustituye a la entrañable y maravillosa Zelda Rubinstein, la médium bajita que se había convertido en una ''casi'' señal identificatoria de ''Poltergeist''; esto demuestra el ''respeto'' que estos patanes de mierda le guardaron a la joya que innecesariamente estaba remakeando, para mal de la humanidad. Dejo aparte a la pequeña Kennedi Clements, la ''Carol Anne'' del cotarro (aquí llamada Madison), curiosamente la que cargaba sobre sus hombros la labor más difícil (hacer frente a la eterna Heather O'Rourke) y la que mejor parada sale. 

A esto lo llamo yo un susto de mierda

Este exorcista gili (Jared Harris) sustituye
a la entrañable Zelda Rubinstein

A ver, no quiero decir que la niña le haga sombra a la inmortal Carol Anne original (eso era imposible), pero la pequeña se curra muy bien su performance y en lo poco que sale, resulta el personaje más memorable del desastroso casting, además creo que la elección de la niña fue muy acertada, posee dulzura y cierto halo de misterio en su mirada que la convierten, para mi sorpresa, en el elemento más destacable de este espantoso remake. Pero todavía tengo para mucho más, como ya dije antes, la historia a pesar de ser la misma, está contada de manera excesivamente mecánica, rutinaria, exenta de ninguna sorpresa. Vale, es un remake, pero me cago en la mar, ¿era tan difícil huir de los tan manidos y recalcados sustitos a lo ''Insidious'' o ''Expediente Warren'' que ya aburren hasta a las piedras?, ¿hasta cuándo se va aseguir abusando tanto del sustito facilón de marras y pro de dejar sordo al espectador con la subida excesiva del sonido?, ¿tan difícil es currarse un poquito (mínimanente, dentro de lo manido que está el género) el desarrollo argumental de un film de terror sobrenatural, sin resultar tan bochornosamente repetivo? 

¡Por un pelín!

La entrada al más allá
¡Ojo, que el que ha escrito el guión de esta ''Poltergeist'', el tal David Lindsay-Abaire, ha ganado un Pulitzer! ¡Guau!, pues poco se ha esmerado con este libreto me temo o es que el jurado que se lo concedió era amiguetes suyos, estaban borrachos o las dos cosas, porque muestra de talento por aquí no demuestra un cagarro. El guión es abominable, repleto de frases estúpidas, momentos increíblemente ridículos y un humor facilón que asquea. Ver la reacción de los padres cuando le mencionan que su casa se había construido sobre un cementerio, en plan, ¡ah, bueno, no pasa nada!, es como para exclamar: ''¿hola?''. Ver al patán del pseudo-exorcista pavonéandose como un chulo de playa por la casa intentando traer a la niña del más allá es de traca, mientras la tonta de la hermana adolescente babea por él, porque es un famosete de tres al cuarto, da auténtica lástima. Ya no mencionemos el abrupto y repentino final, todo muy acelerado, con unos golpes de efecto que no sorprenden lo más mínimo y para encima omitiendo detalles cojonudos que le otorgaron una envidiable personalidad al film original (como los cadáveres surgiendo de la piscina enfangada). 

El payasito es muy juguetón

¡Eah, los fantasmas se cabrean!
Por si fuera poco se nota que encima, ''Poltergeist'' resulta una peli extremadamente suavizada (otra muestra de ese terror mariquita tan típico de hoy en día), con sustitos muy ingenuos e infantiles. Da pena encima como reutilizan algunos sustos del film original, en éste increíbles y sobrecogedores, pero sin un ápice de fuerza; véase sino la escena del payaso con el niño (resulta hasta involuntariamente cómica, para encima ya venía destripada en el trailer, así que de sorpresas cero) y la peor, la del árbol que se lleva al pequeño y que en la original casi se lo traga de cuajo. Pues bien aquí la escena del árbol es una putísima mierda, es extremadamente mariquita y contenida, la plantita se lleva al niño lo lanza un poco en volandas y lo suelta como si nada, ¡hala!, llegan los papis lo cogen y aquí no ha pasado nada; mientras que en la original sufrían como condenados, ¡coño!, recuerdo que la escena cuando la vi de pequeño me dejó helado, así que planteemos esto, ¿cómo coño puede ser posible que una misma escena pueda ser más fuerte más sobrecogedora e infinitamente más aterradora en un film de hace 33 años que en uno de este año? 

¡Ellos quieren ir a la luz!

Con esto ya respondo lo, por otro lado, indudable, que estamos ante un desastre de remake (en la línea de la extensísima mayoría de víricos destrozos de clásicos retros actuales), innecesario, hecho sin las más mínimas ganas por un equipo que se ha pasado por el forro de los cojones el espíritu del clásico original, dando como consecuencia un mojón mecánico, soso, rancio, vacío y plomizo en extremo. No voy a decir que me haya llevado una decepción porque me lo esperaba, lo único bueno que puede llegar a tener esta basura es que, como ya ha ocurrido con otros ejemplos (véase ''Carrie'', ''Pesadilla en Elm Street'', ''Viernes 13'', un largo etcétera), contribuirá a darle más valía a la magistral joyaza de 1982. De aquí a un mes, quedará enclaustrada en el olvido afortunadamente. 

La casa a punto de hacer ¡Pum!

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